México. – María del Coro Arizmendi Arriaga, académica e investigadora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la UNAM es la encargada del proyecto que ha transformado espacios en un lugar de conservación para los colibríes.
En dichos espacios, estas aves encuentran alimento y resguardo, además de ser una herramienta para educar.
En nuestro país existen 58 especies de colibríes, y 20 de ellas pueden ser vistas en la Ciudad de México, sobre todo en los jardines artificiales que la UNAM ha instalado en dos de sus entidades, así como en distintas escuelas de esta urbe.
También conocidos como quindes, tucusitos, chuparrosas, chupamirtos, picaflor o huitzitzilin, son uno de los grupos más importantes de polinizadores en nuestro país.
Se estima que polinizan más de mil plantas silvestres, resaltó la académica e investigadora de la UNAM.
“Cuando los jóvenes observan a los colibríes empieza a interesarse, entonces aprovechamos para brindarles información sobre la conservación de esta especie, su función en la naturaleza y sus cuidados. Con el jardín se puede educar”, resaltó.
El primer jardín fue todo un éxito, ubicado en la FES Iztacala, Del Coro Arizmendi y colaboradores, en su mayoría estudiantes, instalaron otros más en los institutos de Educación Media Superior (IEMS) Iztapalapa, Iztacalco, Tlalpan y Milpa Alta.
“En el de Iztapalapa, rodeado de puentes y camiones, con apenas un edificio, un árbol y un estacionamiento pequeño, logramos crear un jardín en láminas de metal, que inicialmente era móvil y se colocaba debajo de la escalera del edificio. Ahora ya tienen un jardín fijo, con bancas donde los chupamirtos empezaron a anidar”, detalló la universitaria.
En el último de estos espacios, instalado en TV UNAM, se colocó una cámara para monitorear y filmar a la especie, elaborar material audiovisual y difundirlo.
Arizmendi Arriaga, la también jefa de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad recomienda plantas como lavanda, salvias rojas y largas, aretillos fucsia, crasuláceas y agaves echeverias, a diferentes alturas, además de colocar un recipiente con agua, con 10 centímetros de profundidad para que los colibríes puedan bañarse.
El proyecto de los jardines para colibríes es una iniciativa conjunta de México, Estados Unidos y Canadá, a través de la Campaña de Protección de Polinizadores de América del Norte (NAPPC), para crear jardines artificiales debido a la destrucción del hábitat natural.