Se ha mantenido quieto. No asoma demasiado la cabeza. Hasta parece huir deliberadamente de los reflectores mediáticos. Pero eso no significa que renunció a participar en las definiciones futuras del poder local guerrerense. Una cosa es real: el grupo del ex gobernador Rubén Figueroa, mueve sus hilos.
Aunque parezcan diezmados y hasta neutralizados por la influencia política dominante del gobernador Héctor Astudillo y del ex edil de Acapulco y candidato al Senado, Manuel Añorve; trata de acomodarlos en la prospectiva política. El punto es que hasta podría generar sorpresas desagradables. Hay que pulsar los escenarios.
FIGUEROA ¿EN LA BANCA? Hay puntos que son insoslayables en la actual coyuntura electoral. Y tienen que ver con el grupo Figueroa.
1.- Desde la elección de julio de 2012, el distanciamiento político entre Figueroa y Añorve, se hizo más agudo. Hábilmente, el grupo del ex gobernador sacó a su comodín político de la manga, para desplazar al propio Añorve, de la pelea por la candidatura al Senado: el ex gobernador René Juárez Cisneros.
De hecho, éste último personaje fue el beneficiario de la riña mediática entre el cachorro Rubén Figueroa Smutny y Manuel Añorve. Pero la pugna ya es añeja. Son polvos de viejos lodos. En la elección de gobernador de octubre de 1999, Añorve, fue empujado en el último minuto por el ex gobernador Ángel Aguirre, para contender internamente por la candidatura a gobernador. Pero el grupo Figueroa cerró filas con René Juárez. Y ayudó decisivamente para encaramarlo como gobernador. Añorve se quedó en el camino. Igual que en 2012 por el Senado. Su verdugo político fue otra vez, René Juárez.
2.- Con el fortalecimiento de la dupla Astudillo-Añorve, el grupo Figueroa intuyó de manera natural, que sería desplazado por ellos. Y de esta forma, Figueroa Smutny, arribó como diputado plurinominal en 2012. Igual que Héctor Astudillo. Protagonizaron un enfrentamiento mediático que terminó con la salida del actual gobernador, de la Junta de Coordinación Política del Congreso local. Fue un resabio político que se guardó. Cuando Astudillo, fue designado por segunda vez, candidato a gobernador por el PRI en 2015, Figueroa Smutny decidió renunciar al PRI. Y su padre, Rubén Figueroa Alcocer, tiró línea para apoyar en la candidatura a la alcaldía porteña, al actual edil perredista Evodio Velázquez Aguirre. Hoy, Figueroa Smutny, es candidato a la alcaldía de Acapulco por el Panal, un satélite partidista del PRI. Quiérase o no, padre e hijo van a contraflujo de la dupla política formada por Astudillo-Añorve.
3.- En la candidatura priista a la alcaldía porteña, va Ricardo Taja Ramírez, un ex perredista que fue rescatado por Añorve Baños. Tuvieron una ruptura política importante. Y Taja emigró con todas sus canicas, al grupo político de René Juárez. Si el Panal va en alianza con el PRI en la candidatura presidencial, ¿Por qué no en la local por Acapulco? La explicación es simple: el grupo Figueroa sabe que le puede restar muchos votos a Taja Ramírez, quien arrastra con un pasado muy polémico. Y entonces a través de René Juárez –aspirante a la diputación federal plurinominal tricolor-, va a presionar a fin de encarecer la negociación.
El punto es visible: ante un hipotético triunfo de Taja Ramírez y una eventual derrota de Manuel Añorve en la competencia electoral por el Senado, el grupo Figueroa estaría fortaleciendo su retorno al PRI. Apelando a sus afinidades y vieja alianza política con René Juárez. La misma que, coyunturalmente, ha dejado fuera del poder en dos importantes ocasiones –en 1999 y 2012-, a Manuel Añorve. Desde las sombras, el grupo Figueroa opera. Y parece ir con todo para recuperar plusvalías políticas perdidas.
HOJEADAS DE PÁGINAS…La toma de protesta del diputado local figueroísta, Héctor Vicario Castrejón, como coordinador de la Junta de Coordinación Política del Congreso local el pasado jueves, es la confirmación de que ese grupo de poder tricolor, se preparara para su retorno a las lides priístas. El cuál se nutrirá irónicamente, de las derrotas electorales de muchos cuadros políticos astudillistas y añorvistas en la cercana elección de julio. El arribo de Vicario fue, además, su mejor regalo de cumpleaños por parte de su compadre Astudillo.