Cuando Obrador manejaba que era imprescindible bajar los salarios de los de arriba, llámense, magistrados de la suprema corte (con minúsculas) legisladores, funcionarios de primer nivel, obvio el mismo Presidente primero, porque son una ofensa terrible si tomamos en cuenta la situación de pobreza extrema de un gran sector de la población sumado esto a la ineficiencia de la burocracia ejecutiva, legislativa y judicial y segundo, porque bajar sus estratosféricos salarios es parte del plan de aumentar los mismos en los ingresos de los que menos tienen.
Parte del éxito electoral de Andrés Manuel, tuvo origen en este tipo de propuestas, algunas mentes mediocres pensaron que, López Obrador no cumpliría con lo que decía, sin embargo, fue el que puso el ejemplo y bajó considerablemente con su ingreso como Presidente de la Republica.
Sin embargo, sectores de mucha importancia en las burocracias mexicanas han venido interponiendo su queja por esta medida, algunos en redes o declaraciones periodísticas otros, recurriendo a las instancias legales de las cuales se pueden hacer uso en esta “democracia mexicana”.
Es precisamente esta última opción, la que está poniendo en predicamento la ética de la justicia mexicana, todos recordamos que, fueron los jueces de todos los niveles quienes fueron los primeros en oponerse a la medida de austeridad propuesta por el Presidente de la Republica, demostrando una falta de solidaridad, no con Obrador, no con MORENA, una falta de solidaridad con los que menos tienen, demostrando que, pertenecen a ese otro México que no considera ganar menos de lo que el viejo sistema priista los acostumbró.
Lo que preocupa y ocupa, es que, la suspensión que dicta la suprema corte en relación al tema de la regulación de las remuneraciones, constituye una violación ética por parte de los magistrados pues, se están constituyendo en Juez y parte en el tema. Los magistrados no entienden que hay una nueva realidad en la sociedad mexicana, que los excesos a los que están acostumbrados deben de llegar a su fin, que el ejemplo de Obrador debe de cundir hacia abajo en todos los poderes que, México necesita la solidaridad de los titulares de los tres poderes máximos.
Aferrarse a los privilegios casi monárquicos, solo los aleja más de la sociedad y, obliga a que en el Legislativo se esté pensando en acelerar la necesaria reforma integral del sistema nacional en México. Los que siguen decepcionando, bueno algunos de ellos, son los partidos políticos, más aquellos que todavía se atreven a decir que son opción de izquierda en el país y que hoy, son con todo respeto rémoras acompañantes del PRI y del PAN de los cuales no se extraña que defiendan intereses totalmente contrarios a la mayoría del pueblo, sin embargo el PRD está cavando su tumba más profunda y que en el 21, veremos pasar el cadáver amarillo tirado al basurero de la historia con estigmatizado igual que el PFCRN, EL PPS, PARM, VERDE, entre otros.
Los actores políticos que han impulsado una política contraria a la línea de Obrador, van a arrepentirse en su momento, no entienden que, la sociedad, los que menos tienen que son la mayoría, les volverá a aplicar el voto de castigo. No, entiendan, no es una derrota para Obrador ni para la cuarta transformación, es una derrota ética, social para instancias como la Suprema Corte de Justicia y es una derrota pos fechada para esos partidos que creen estar ganando la batalla, recuerden que hay victorias pírricas, que no sirven para nada.