Lo dije antes y lo digo ahora: Alejandro Moreno Cárdenas es el sepulturero del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y un tramposo por excelencia.
Y sobre advertencia, no hay engaño.
Los señores feudales (gobernadores y ex gobernadores) que lo apoyaron en agosto de 2019 para que llegara a la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, lo sabían. Pero prefirieron cerrarle el paso a la persona que era la preferida de las bases de ese partido.
Claro. Me refiero a la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, quien en ese entonces denunció que el proceso interno en el que se eligió a Alejandro Moreno como presidente del CEN del tricolor fue una de las jornadas más vergonzosas en la vida democrática priista.
“El resultado para el PRI es que lo refundieron; si se insiste en las viejas mañas, sólo tiene una ruta: la extinción”, señaló a través de una carta que envió a la entonces dirigente nacional, Claudia Ruiz Massieu Salinas.
Y agregó: “Esas prácticas arcaicas, mañosas e ilícitas se presentaron de nuevo en la jornada del 11 de agosto (2019) y la ciudadanía vio el peor rostro de esa histórica institución. Sus autoridades, al fingir que nada pasó, carentes de autocrítica, aparentando que el proceso fue inmaculado y perfecto, caen en total simulación. Si entre los militantes del PRI prevalece la trampa y la simulación será impensable presentarse ante los medios a pedir el voto en elecciones constitucionales”.
El mensaje fue contundente y con especial dedicatoria: a los entonces gobernadores de ese partido que apoyaron Alejandro Moreno, mejor conocido como “Alito”.
Antes de que “Alito” asumiera formalmente la dirigencia nacional, Ivonne Ortega anunció de manera valiente y congruente renunciar a 29 años de militancia en el PRI, donde se desempeñó como secretaria general del CEN y abanderada por ese partido, gobernadora de Yucatán, diputada local y federal, además de presidenta municipal de su natal Dzemul.
Y no fue la única renuncia al PRI. El ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y también aspirante a la dirigencia nacional del PRI en 2019, José Narro Robles, dijo adiós a ese instituto político fundado en 1929 por el general Plutarco Elías Calles.
Dos años después se fue el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz.
Alejandro Moreno ha sido el peor dirigente que los priistas han tenido en toda su historia, ya que desde su llegada al cargo el tricolor ha perdido 11 gubernaturas, entre ellas, la de Guerrero en 2021 y que ahora tiene Morena.
Por cierto, el próximo año está en juego la permanencia del PRI, debido a que estarán en disputa dos de los últimos estados que gobierna: Coahuila y el Estado de México.
Al dirigente nacional priista le da igual que se pierdan esos estados, ya que lo único que a él le importa es salvar su pellejo y no parar a la cárcel.
Recordemos que hay varias denuncias en su contra por supuestas irregularidades financieras cometidas durante su paso por el gobierno de Campeche y por enriquecimiento ilícito. Además, ha sido exhibido y denunciado por la actual gobernadora de ese estado, la morenista Layda Elena Sansores San Román, por lavado de dinero y otros ilícitos.
Para los dirigentes del PAN y del PRD, “Alito” es nocivo para la alianza “Va por México” en 2024.
Si no lo quieren en su partido ni en los partidos de la alianza opositora, menos los ciudadanos sin partido.
Lo que llama la atención es que algunos ex gobernadores priistas pretendan sorprender a la opinión pública de que Alejandro Moreno sea ahora el malo de la película, cuando hicieron hasta la imposible para llegara a la dirigencia nacional del PRI y acordaron con él la repartición de candidaturas en el pasado proceso electoral.
Ahí está el caso del guerrerense Héctor Astudillo Flores, quien utilizando como pretexto el enojo de la militancia priista por la ampliación de mandato de “Alito” como dirigente nacional, manifiesta su “indignación” y anuncia su renuncia como integrante del Consejo Político Nacional del PRI
¿Por qué hasta ahora y no en 2021 durante la designación de candidatos a diferentes puestos de elección popular en el estado de Guerrero?
A través de las redes sociales, el ex mandatario estatal posteó:
“NO aprobé la reforma que permite la prolongación del mandato del Presidente del PRI, es un insulto a la historia del partido y a los miles de militantes en todo el país. Por dignidad no puede uno callar ante este abuso, hoy mismo presentaré mi renuncia como integrante del Consejo Político Nacional. #AlitoNoMeRepresenta”.
Lo cierto es que el peor insulto para la militancia priista fue la llegada de “Alito” Moreno a la dirigencia nacional del tricolor. Y el ahora ex mandamás en Guerrero contribuyó a ello.
Hubo otros personajes en la entidad que se pronunciaron al respecto, como es el caso del ex candidato a la gubernatura y ex alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos, quien a través de su página oficial de Facebook, señaló
“Me sumo categórico al rechazo provocado por lo que muchos consideramos un albazo.
“No estoy de acuerdo en absoluto con la reforma que prolonga el mandato del Presidente Nacional del PRI, cuyo trasfondo es obscuro y responde de manera evidente a intereses personales poco claros.
“Ni mi convicción, ni mi militancia, me permiten avalar esta decisión del Consejo Político Nacional, al que en breve renunciaré como muestra de mi inconformidad.
“¡El PRI es de los militantes, no de los dirigentes! “#NoMásImposiciones
“#AlitoNoMeRepresenta”.
Cabe resaltar que Mario Moreno ha sido víctima de imposiciones en su partido. La más reciente fue la designación de Alejandro Bravo Abarca como presidente del Comité Directivo Estatal, cargo que él pretendía ocupar meses después de haber perdido la elección de gobernador.
Y la historia ya todos lo sabemos todos. A Mario Moreno le cerraron el paso los astudillistas y el grupo político del senador Manuel Añorve Baños (amigo personal de Alito).
Lo cierto es que la rebelión priista en Guerrero contra su dirigente nacional, ha sido tardía. Y si ya sabían como era, para que lo hacen compadre. Es cuanto.