Un nuevo estudio reveló que el sismo del 7 de septiembre de 2017 de magnitud 8,2 que sacudió Tehuantepec, Oaxaca, el más fuerte en 85 años, no sólo dejó 98 muertos y cientos de heridos, sino que partió en dos una placa tectónica de 60 kilómetros de grosor.
Esta fractura se originó a partir de una violenta liberación de energía, a tal grado que sucedió en sólo 10 segundos. “Todos los indicadores señalan que se quebró a todo lo ancho”, dijo Diego Melgar, autor del trabajo publicado en Nature Geoscience para National Geographic.
Este tipo de acontecimientos se han registrado pocas veces en la historia de la Tierra y no existe una razón conocida por la cual suceda el fenómeno.
¿POR QUÉ TIEMBLA?
Los movimientos telúricos se originan por la tensión que generan las fricciones entre las placas, las cuales están hechas de la corteza terrestre y de las capas geológicas superiores que se mueven en la superficie y se arrugan una sobre otra hasta formar montañas; o se hunden una debajo otra, lo que se conoce como zona de subducción.
Pero también hay otro tipo de terremoto que es el intraplaca y que Melgar explica de la siguiente forma: “Si doblamos una goma de borrar, podemos ver que la parte superior se extiende, se estira, y la inferior se aprieta y comprime”.
LA INAUDITA FRACTURA DE PLACA
Al hacer el análisis de las observaciones geoísicas regionales, los especialistas encontraron que el terremoto de 8,2 grados “fracturó la losa entera de la placa de Cocos bajo la región de mega sismos”.
Lo increíble para los investigadores es que se halla fracturado a 75 kilómetros de profundidad la placa de Cocos, la cual es relativamente joven (25 millones de años) y más cálida que otras.
Los temblores que pueden surgir a partir del estado actual de placa podrían tener la violencia suficiente para levantar el lecho del mar y provocar tsunamis.