Desde 2015 hasta el año pasado, Chilpancingo se ha colocado como una de las peores ciudades para vivir de acuerdo con el estudio ‘Las ciudades más habitables del país’ realizado por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE).
Por su parte la Secretaría de Gobernación (SEGOB) incluyó a Chilpancingo como una de las 50 ciudades más violentas y dentro de las cinco en el estado, posición en la que continúa ante la violencia que no han podido controlar.
El Gabinete de Comunicación Estratégica ha medido la calidad de vida de los 60 municipios del país con mayor población y las 16 delegaciones de la Ciudad de México, creó tres tipos de mediciones: Índice de calidad de vida (INCAV), el Índice de satisfacción con los servicios municipales/delegacionales (ISACS) y el Índice de satisfacción del desempeño de alcaldes/jefes delegacionales (IDEALC).
Durante tres años consecutivos Chilpancingo se colocó como una de las ciudades con la peor calidad de vida para sus habitantes, al no satisfacer con servicios públicos básicos como la recolección de basura y agua potable, solo por mencionar algunos de los elementos que se avalúan.
La falta de servicios públicos e infraestructura son algunas de las carencias que enfrentan los casi 300 mil habitantes de Chilpancingo, ante administraciones municipales deficientes y corruptas que gastan más del 50 por ciento del presupuesto en el pago a la burocracia.
Chilpancingo es también la única capital del país por la que cruza un río de aguas negras y lo mantienen a cielo abierto, el Huacapa.