Se trata de una revelación que puede generar un profundo impacto político en el círculo más íntimo de Enrique Peña Nieto. Esta mañana, en su habitual conferencia de prensa, Andrés Manuel López Obrador confirmó que un General del Ejército Mexicano, muy cercano a su antecesor, estaba apuntado como uno de los cómplices que permitían el robo de combustible desde el interior de Pemex.
Hablaba del General de brigada Eduardo León Trauwitz, quien fue jefe de la Subdirección de Salvaguarda Estratégica de Pemex durante la gestión de EPN, con un agravante: ocupó ese lugar después de haber estrechado un lazo muy cercano como Jefe de Escoltas durante la gestión como gobernador del Estado de México.
Un reportero cuestionó a López Obrador sobre una presunta investigación que se estaría realizando para conocer el grado de responsabilidad del General Trauwitz, uno de los personajes clave en el cuidado de los ductos de Petróleos Mexicanos. López Obrador sonrío, acaso conforme con la filtración de ese dato crucial en su pelea con la mafia del “huachicol”.
Entonces, AMLO preguntó a los reporteros quién conocía sobre el caso. Sólo uno de ellos lo sabía. “Pues sí, existe el General”, dijo, “pero no se sabía nada”. Y agregó: “Ahora se sabe porque se le menciona en asuntos que tienen que ver con la seguridad de Pemex. Él estaba a cargo de la seguridad”, precisó.”Está en una lista de personas que se investigan con relación a esto, sin que haya todavía nada definitivo. Se está investigando a todos los que tienen que ver o tuvieron que ver”, concluyó López Obrador.
El Presidente también anunció que elementos del Ejército mexicano encontraron ayer en Salamanca una instalación clandestina: una manguera de tres kilómetros desde los tanques de gasolina de la refinería hacía un depósito en el exterior, que era utilizada para saquear de combustibles a Pemex. “Desde que comenzamos el operativo ya evitamos que se roben más de 8,000 pipas”, celebró.
“Vamos logrando el propósito de que no se roben los combustibles”. Señaló que antes del plan contra el robo en promedio eran 787 pipas diarias; con el plan se ha bajado a 177 pipas diarias. Es decir, 610 pipas menos diariamente. En total se han robado, desde que iniciamos el plan, 8,540 pipas menos. Si se colocaran las pipas una tras otra, son como 80 kilómetros de pipas las que ya no se han robado”, explicó y dijo que traducido en dinero ha significado un ahorro de 2,500 millones de pesos.