A sus 80 años y con dificultades de movilidad, la señora Rigoberta Reyna Venancio trabaja 10 horas al día para ganarse 100 pesos diarios “y a veces menos”.
El mercado central de Chilpancingo esconde tras sus mercancías historias de decenas de personas que viven de la actividad comercial que se realiza en sus pasillos; una de ellas es la de la señora Rigoberta.
Luego de trabajar toda su vida lavando ropa ajena, la mujer ya no pudo llevar a cabo esa actividad ante la falta de fuerzas, crecimiento de negocios de lavanderías y otros aspectos, por lo que tuvo que buscar otra actividad para tener trabajo.
A espaldas del mercado, donde abarroteras y fruterías descargan sus productos, Rigoberta encontró la oportunidad de vender el cartón que era desechado por las grandes tiendas. Ahora dedica su día a la recolección y venta de ese material.
“Ando juntando cartón no más (…) Llego aquí a las 10 de la mañana y me voy como a las 8 de la noche”, narra la mujer -empapada de sudor-.
Anteriormente cargaba el material con sus manos, pero luego de algunos meses de trabajo logró comprar un “diablito” que le facilita el traslado del cartón que vende en un centro de recolección de materiales, ubicado cerca de la escuela primaria “José Martí” a unos metros del mercado.
Una carga completa de cartones que traslada en su diablito pesa más de 10 kilogramos y por esta obtendrá alrededor de 20 pesos.
“Si acaso a completo 100 pesos (al día), hasta menos (…) Me canso, pero pues qué le hago”, señala doña Rigoberta.
Para juntar esos cien pesos hará entre 4 y 5 viajes en todo el día. Su primer alimento será hasta después de su segundo viaje, que es cuando logra juntar para comer.
La pandemia por Covid-19 ha mermado de alguna forma la poca economía de su hogar; sus hijos han quedado sin empleo.
Uno de ellos, que vive a metros de Rigoberta, es intendente en una escuela y tras el cierre de las instituciones quedó desempleado; el otro, quien sí vive con ella, fabrica mesas de madera, pero su situación es similar.
Actualmente, Rigoberta recibe únicamente 800 pesos –cada dos meses- como ayuda económica del programa social del estado, pues señala que nunca supo cómo realizar el trámite para ingresar a los apoyos del gobierno federal.
Las tiendas son las que más le han ayudado, pues le regalan el cartón que transporta día a día para sobrevivir.