Las autoridades de los Estados Unidos han sido muy estrictas con respecto a dónde será encarcelado Joaquín “El Chapo” Guzmán, pero se ha anticipado ampliamente que lo enviarían al ADX Florence, en Colorado, Estados Unidos.
En el interior de su celda, los reclusos más protegidos tienen una televisión con contenido diseñado para brindarles educación, ayuda psicológica y servicios religiosos, según informe publicado en octubre pasado por el Consejo de Información Correccional del Distrito de Columbia.


Cada celda tiene una ventana estrecha, de 42 pulgadas (107 cm) de altura y en ángulo hacia el cielo, y los presos no pueden verse desde el interior de sus unidades.
Alrededor del 90% de los más de 400 reclusos están allí por problemas de disciplina, según el informe.
Escape nulo
“Para alguien como Guzmán, las posibilidades de escapar de una instalación como esa son nulas”, dijo L. Thomas Kucharski, profesor de la Escuela de Justicia Criminal, John Jay, en Nueva York.
ADX Florence, ubicada en un complejo de prisiones en un área remota a unas 115 millas (185 km) al sur de Denver, es apodada “Alcatraz de las Montañas Rocallosas” en alusión a la prisión en la Bahía de San Francisco que albergaba al gángster Al Capone en la década de 1930 y otros notorios criminales.
Los reclusos de ADX Florence se encuentran en “unidades de control” especialmente diseñadas que funcionan como cárceles dentro de las cárceles.
“Es como un área autónoma, dentro de un área autónoma”, explicó Larry Levine, ex interno y titular del Wall Street Prison Consultants.
Los prisioneros están confinados en celdas de una sola persona durante 22 horas o más al día, privados de prácticamente todo contacto con el mundo exterior.
Con información de Forbes México