Guerrero.- La cita era a las 8:30 de la mañana. Según el colectivo Sin Etiquetas Chilpancingo, el motivo del desayuno era para que la comunidad LGBTI pudiera tener “un acercamiento” con la clase política, en especial con algunos diputados de Guerrero de la actual legislatura.
La recepción se llevó a cabo en un restaurante ubicado al sur de Chilpancingo, el que está a un costado del Congreso local. Hasta ahí llegaron más de una hora y media después de la cita, las diputadas de Morena, Nilsan Hilario Mendoza, Mariana García Guillen, Norma Otilia Hernández, la delegada de gobierno Norma Yolanda Armenta y la secretaria de la Mujer, Maira Martínez Pineda.
Pero también aparecieron el diputado del PRI Omar Jalil Flores Majul y la diputada panista Guadalupe González Suástegui, ante el desconcierto y la molestia de los pocos asistentes miembros de la comunidad homosexual, rebasados en número por los políticos asistentes y empleados que les acompañaban.
Los funcionarios del gobierno estatal y los diputados, fueron sentados al centro, como para marcar las diferencias, las etiquetas, pues.
El orador dio la bienvenida y la entrada a las intervenciones que ofrecerían los diputados, funcionarios y activistas.
Y de pronto aparece en el estrado el priísta Omar Jalil, quien se dijo a favor de que “las organizaciones lésbico-gay” puedan tener los mismos derechos y obligaciones de “todos y todas“.
“En eso estamos trabajando, es parte de la reforma que queremos implementar al interior del Congreso del Estado.” Agregó, que la comunidad gay tiene aliados en el Congreso sobre todo en el tema de derechos humanos. Así tal cual, sin desparpajo alguno.
Y comenzó la incomodidad de la concurrencia gay. Pues fue Flores Majul quien el pasado 25 de septiembre, rechazó junto a la panista Guadalupe González, la iniciativa de reforma al Código Civil del Estado, con la que se planteaba el reconocimiento jurídico de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
En ese entonces, durante el desahogo del punto de acuerdo, dijo: “Estoy de acuerdo en que se generen los derechos y obligaciones, pero no con la palabra matrimonio, que desvirtúa el concepto de defensa y procreación de manera libre de las nuevas generaciones”.
El restaurante tenía pocos lugares vacíos. Vinieron más participaciones de las otras legisladoras sin temas en concreto, hablando de generalidades y halagos mutuos. Pero fue la participación de la diputada Guadalupe González que hizo que dos activistas se colocaran agarrados del barandal que los separaba del espacio VIP y empuñaran la mano con el dedo pulgar hacia abajo, en señal de protesta.
Visiblemente nerviosa, a sabiendas del rechazo que causó su presencia y con la voz entrecortada, expresó:
“Siempre he tratado de dirigirme con mucho respeto a quienes tienen la oportunidad de conocerme como persona. Hay quienes por desconocimiento o porque no se dan la oportunidad de conocer el trabajo de los legisladores. Es muy fácil quizá el juzgar, pero muy pocos tienen el valor de acercase a mi, de platicar conmigo y hacerme entender muchas cosas.“

Emiliano García Arzeta y Lavoisier Luquín Jiménez, los dos activistas, no dejaron de hacer la seña de desaprobación durante la intervención de la panista. Abajo del estrado, había risitas nerviosas y un desencajado Omar Jalil, por ratos molesto que prefería revisar su celular una y otra vez.
Pero fue la intervención del activista Orlando Pastor quien acabó con los silencios:
“No se puede decir ser amigo, quien obstaculiza leyes públicas a favor de los derechos humanos de la diversidad sexual, la que estaba por aprobarse, la Ley del Matrimonio Igualitario”, dijo en clara referencia al diputado del PRI y la del PAN.
Los aplausos y gritos de júbilo no se hicieron esperar. “Que le quede claro a Omar Jalil”, gritaron desde atrás. “No es nada más el beneficio para mi sino para nuestra población…” – “¡Homofóbico Jalil¡ ¡Homofóbico Jalil!”, interrumpía al orador una audiencia ya envalentonada.
El diputado priista se paró rápidamente al baño. Pero regresó para terminar de escuchar, lo que a todas luces era un mensaje para él:
“También somos personas, también queremos formar una familia homoparental”, enfatizó el también presidente del colectivo Orgullo Gay Guerrero e hizo mención de la Ley de Equidad de Género que beneficiaría a las transexuales y transgénero, pues dijo, tienen que ir a otros estados para que se les reconozca jurídicamente como mujeres o como hombres.
“Se oye muy bonito hablar y hablar, pero queremos hechos. A nuestros representantes les decimos: todavía estamos a la mitad de legislar y queremos que se apruebe el matrimonio igualitario.”
ORLANDO PASTOR
-“¡Que viva el matrimonio igualitario!” “¡Que viva!”, se escuchaba mientras el legislador agachaba la cabeza para revisar su smartphone y la panista abandonaba el lugar.
Terminaron los mensajes de los legisladores, de las dos funcionarias del gobierno estatal y el convivio continuó en medio del cuchicheo y comentarios de rechazo.
