El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, llamó a las autoridades a “poner atención” por el “armamento pesado” que trae la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), en Chilapa.
Entrevistado al término de la misa dominical en la catedral de Chilapa, monseñor Salvador Rangel dijo desconocer sobre la situación que actualmente enfrenta el poblado de Tula, municipio de Chilapa, debido al enfrentamiento entre civiles armados.
En ocasiones anteriores, ha sido el obispo, quien ha intervenido en conflictos entre grupos armados en Chilapa, específicamente la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF) y la Policía Comunitaria por la Paz y la Justicia, grupo relacionado con la banda de Los Ardillos.
En las últimas horas, la CRAC ha denunciado que desde ayer por la noche, el poblado de Tula fue atacado por más de 60 armados del grupo por la Paz y la Justicia, sin que ninguna autoridad llegara a tiempo.
“Lo que sé de la CRAC cómo trae armamento pesado y ya se le ha dicho mucho al estado que deben poner atención (…) Yo sé que por parte del Gobierno Federal también hay muy buena intención de que esta zona se tranquilice”.
“No pudiera decir gran cosa porque no estoy informado (sobre situación de Tula), es la primera vez que escucho”, indicó el obispo.
En otros temas, Salvador Rangel, reveló que actualmente en la diócesis hay cinco sacerdotes contagiados por el virus SARS-CoV2 (Covid-19) entre ellos hay dos en estado crítico, uno de ellos de 80 años.
También afirmó que recientemente, otro sacerdote de 80 años venció al virus. El obispo afirmó que las iglesias católicas son ejemplo de la reapertura consciente, ya que se respetan todas las medidas sanitarias y solamente hay un 30% de afluencia de personas en los templos.