Chilpancingo ha permanecido durante los últimos tres meses sin policías preventivos y agentes de tránsito en la capital, luego de que la Secretaría de Seguridad Pública del estado, el Ejército Mexicano y la Policía Federal tomaran el control de la seguridad en el municipio.
La tarde del jueves 4 de enero, agentes policíacos y militares desarmaron a los preventivos y tomaron el control de la comandancia. De manera simultanea el secretario de Seguridad Pública estatal, Pedro Almazán Cervantes y el fiscal, Xavier Olea Peláez anunciaron que la corporación estaba bajo investigación por su posible participación en la desaparición de dos jóvenes quienes fueron encontrados muertos.
Se trata de los jóvenes, Jorge Arturo Vázquez Campos y Marco Eduardo Catalán, quienes fueron detenidos el 31 de diciembre en las instalaciones de la feria luego de una riña y encontrados muertos el tres de enero.
De acuerdo con el vocero del Grupo de Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia se encuentran bajo investigación más de 100 policías, incluido el Secretario de Seguridad municipal, Esteban Espinosa Montoya.
Sin embargo, solo a un policía se la ha dictado prisión preventiva acusado del homicidio calificado, doloso, de Vázquez Campos y Catalán Cabrera, vecinos de Chilpancingo.
Los agentes operativos de la Subsecretaria de Tránsito y Vialidad, dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública municipal, también suspendieron servicios y se encuentran acuartelados.
El 25 de enero el alcalde suplente Jesús Tejeda Vargas nombró a los encargados de despacho de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Subsecretraría de Tránsito.