+Los restos de Porfirio estaban en el Semefo de Chilpancingo tres meses después de su desaparición, pero nunca le informaron a su esposa quien lo buscó por casi seis años
Guerrero.- Casi seis años después de que los restos de su esposo llegaron al Servicio Médico Forense en Chilpancingo, este día doña Bertha vino por ellos; “es un proceso largo, doloroso, desafortunadamente en Guerrero y en el país hay muy poca ayuda para estos casos”.
Porfirio Barrera Díaz desapareció el 6 de enero del 2019 en Tlapa de Comonfort, desde ese entonces su esposa Bertha emprendió un camino tortuoso para hallarlo.
Este día la mujer de acudió al Servicio Médico Forense (Semefo) para reclamar los restos Porfirio, acompañada del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, quienes le han brindado ayuda durante todo el proceso.
Durante una entrevista, recordó la ultima vez que fue junto con el colectivo Luciérnaga a realizar una búsqueda a las orillas de Xalatzala. Les habían prometido dos máquinas para excavar, pero al último ya no fue así, tuvieron que conseguir otra desde Chilpancingo para realizar otra búsqueda más, con la esperanza de que hallaran a sus familiares.
Por ello, reclama que las autoridades dejan a su suerte a los familiares de desaparecidos. Muchos de ellos tiene que optar entre trabajar o dedicarse a las labores de búsqueda porque el desgaste económico es muy fuerte.
Junto al colectivo Luciérnaga, buscó a su esposo en muchos lugares, entre ellos Tlapa, y sus localidades como Colonia Contlalco, en las orillas de Xalatzala, hasta el municipio de Atlamajalcingo del Monte, todo ello durante casi 6 años.
Contó que cuando las autoridades hallaban restos de personas, acudía a Chilpancingo para saber si entre ellos estaba el de Porfirio. “Ya había cansado a las personas que trabajan acá, de vernos a cada rato. Llegó un momento que ya no pude venir porque tenía que trabajar”.
Pero mientras buscaba infructuosamente con el desdén de las autoridades, los restos de Porfirio habían llegado desde abril del mismo año que desapareció, pero la Fiscalía nunca le informó.
Porfirio fue hallado en la barranca de Siete Cueros en Tlapa de Comonfort, el 6 de abril del 2019, año en que de acuerdo a Bertha, ese municipio de la Montaña vivió un fuerte y amargo episodio de violencia.
Vestida de negro y con una mirada que no dejaba lugar a dudas de la tristeza que le invadía, este día acudió a recoger los restos de su esposo.
“Todos esperamos encontrar a nuestro familiar vivo pero esta vez no fue así, pero al menos tendremos la dicha de verlo regresar, no como quisiéramos pero va a regresar a Tlapa, le vamos a dar cristiana sepultura”, mencionó.
Bertha pidió a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, voltear a ver a las familias que atraviesan una tragedia como la que ella ha vivido.
“Todo esto yo pensaba que sólo pasaba en las películas de terror, de ficción, nos pasó a nosotros sólo quiero decirles que a gracias a Dios está de regreso”.
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña tiene un registro de más de 50 personas desaparecidas en esa región, pero estima que hay muchos más casos que no son denunciados por el temor de las víctimas ante la inseguridad que se vive desde 2016, fecha en que se creó el colectivo Luciérnaga.
Ese colectivo, integrado por unas 40 familias, nació a partir de la desaparición de Arnulfo Cerón en octubre de 2016. Desde esa fecha, han encontrado 130 restos de víctimas de desaparición, pero siguen sin ser identificados debido a la falta de coordinación en la Fiscalía de Guerrero, denunció la abogada Neil Arias Vitino.
El caso de Porfirio, quien desapareció en enero y cuyos restos fueron hallados en abril del mismo año, sin que sus familiares lo supieran, exhibe la gravedad de la situación.
Y es que, durante la pandemia del Covid-19 prácticamente pararon el trabajo de identificación en Servicios Periciales, aunado a que los restos que eran localizados en Tlapa “los mandaban a Chilpancingo pero estaban en lugar indeterminado, o sea no saben quién los iba a procesar, por lo que muchos indicios se quedaron en la Montaña los cuales no fueron remitidos y por esa razón no se podían analizar”, denunció la abogada.
Por ello, hizo un llamado para que tanto ministerios públicos como en servicios periciales, hagan un trabajo mas diligente y coordinado para que no se pierdan las lineas de investigación, porque ha pasado que hasta pierden los indicios en Tlapa, lo que retrasa la entrega de los restos de desaparecidos hasta 6 años como en este caso.