Lo que parecía una carrera solitaria hacia la extinción se ha convertido en una carrera parejera, de los partidos tradicionales todo indicaba que el PRD se extinguiría electoralmente, el 2021 se proyectaba como su última participación como partido protagonista, perdiendo el registro de manera inexorable, producto de sus propios errores.
Sin embargo, el PRI no ha querido dejar solo a su gran aliado de los últimos años y, hoy corre al parejo del partido amarillo hacia la extinción.
Con acusaciones mutuas de fraude, obstaculización en el registro para elegir a sus dirigentes, uso de recursos oficiales, incluso hasta injerencia del gobierno federal en favor del llamado candidato oficial, se suma otra cuestión interna, el hecho de que, no logra ni siquiera completar sus funcionarios de casilla pues, aquellos que fueron insaculados presuntamente del padrón priista, está declinando dicho nombramiento por el simple hecho de NO ser miembro del PRI, punto no menos si se considera que, de los más de seis millones de afiliados que decía el PRI tener, cinco millones de los mismos tuvieron inconsistencias determinantes para que el INE los considerara fuera de ese organismo político.
Nadie desconoce la manera de como el PRI obligaba desde el poder a los ciudadanos a afiliarse para obtener un trabajo, un servicio, una obra o cualquier cosa que el PRI pudiera condicionar. Hoy están pagando el abuso de tantos años de poder mal ejercido.
A los ciudadanos no solo les da vergüenza que les digan que aparecen en el padrón oficial del PRI, hoy sienten la libertad de gritarles que NO más y, así debe de ser con cualquier partido. No duden ustedes que, el primero de septiembre, fecha de sus elección interna más de uno grite que hubo fraude, situación nada desconocida para todos los participantes, los priistas tienen en su ADN el fraude en cualquiera de sus estilos; será interesante como un mapache puede cazar a otro mapache.
Lo más interesante va a ser, como el PRI, logrará justificar una alta votación en su elección interna, cuando lo más seguro es que, estas lucirán desoladas, deberían de asesorarse por el PRD que, por esa situación dejaron de hacer elecciones internas. El camino del PRI, es a la derecha y, en este país la derecha va en declive.
El PRD casi con seguridad perderá el registro en el 21, el PRI desde mi pronóstico, estará en la rayita de la pérdida de su registro, solo las malas mañas conocidas lo podrían salvar. PRI y PRD se reencontraran entre los muertos, seguramente se fusionaran para conformar un partido más pragmático, sin ideología ni compromiso social, solo en su ambición de recuperar el poder para su servicio.