La acción es sincronizada. No dura más de 50 segundos. De una camioneta blanca sin placas y con amplio quemacocos, bajan abruptamente cuatro hombres. Tres llevan armas largas. Abren con violencia las dos portezuelas de atrás y la del copiloto. Las tres se quedan abiertas. El conductor no se mueve de su asiento y deja el motor encendido. Bajan corriendo y se dirigen hacia otro hombre robusto vestido con playera color café, justo cuando éste aborda un automóvil que se encuentra estacionado. Distinguen dos cosas a esa unidad: es blanca y tiene pintado el capacete en negro. Frenan justo detrás de ella. Como tratando de evitar su escape.
De lado izquierdo de la camioneta un sujeto se mueve con agilidad. Porta gorra a gajos en color negro y blanco, pantalón de mezclilla, camiseta de cuello azul y bolsa cruzada. En un santiamén ya está apuntando con un fusil de asalto hacia el vehículo estacionado. Los otros tres tardan unos segundos más en llegar a la unidad por el lado derecho. Uno de ellos de camisa y pantalón gris les gana a los otros dos que se quedan momentáneamente atrás. Avienta la puerta por el lado del piloto con la mano izquierda y luego, con las dos juntas toma por el cuello y el hombro al conductor de playera café. Lo saca por la fuerza. Es el único al que no se le aprecia un arma de fuego. Uno más de playera roja no alcanza a llegar. Se regresa sobre sus pasos con un rifle de asalto en la mano derecha. Apunta por instantes y con su brazo izquierdo amenazante, hacia el detenido.
El tercero de ellos le da la vuelta completa al vehículo compacto. Viste camisa blanca con vivos negros en el cuello y pantalón de mezclilla. Se mueve con celeridad. Lleva también rifle de asalto. Intenta regresarse para abordarlo. Pero otro vestido de gris y pistola en mano, le gana el espacio del conductor. El de gorra en gajos ayuda a subir a la camioneta blanca a su presa. Luego se regresa al vehículo blanco y lo aborda por el lado del copiloto. Todos se dispersan con rapidez. Otra camioneta gris también arranca. Custodia toda la acción. Los tres vehículos se pierden en esa estrecha calle de Acapulco.
FISCAL: PEÓN DEL AJEDREZ.- La coyuntura de aguda crisis política por la que atraviesa la actual administración estatal, obligó al mandatario estatal Héctor Astudillo, a buscar un fuerte distractor ante los reiterados y sumatorios reclamos sociales en torno a su renuncia. Lo encontró indudablemente, en el caso del crimen cometido contra el empresario porteño César Zambrano Pérez, ocurrido el pasado 26 de octubre en Acapulco. Y desde luego, en el juego de ajedrez los que protegen a las piezas principales son los peones. Siguen Torres, Alfiles y Caballos. Ahí se instaló en fiscal Jorge Zuriel de los Santos Barrila.
Se lee así:
1.- Desde la captura de los tres presuntos responsables de ese crimen, se notó apresuramiento para resolverlo. Era obvio que el gobernador Astudillo, fue sometido a fuerte presión por parte de los círculos empresariales del puerto. Y el fiscal hizo su chamba. Pero la hizo mal. O fue hecha deliberadamente así. Para que el mandatario estatal guardara en sus alforjas, un plan B orientado a enfrentar crisis políticas severas.
2.- La empresa Televisa a través del noticiero conducido por Denisse Maerker, desnudó la trama a medias. Con esa información ampliamente difundida, no solo puso en el borde de la renuncia al propio Jorge Zuriel de los Santos, sino que sirvió como válvula de escape a las presiones que mantiene el propio mandatario estatal, derivado de los enfrentamientos a balazos entre dos grupos delictivos en el corredor Filo de Caballo-Tlacotepec y la matanza en San Juan Tenería, municipio de Taxco. Maerker habló de una “investigación” que no tocó al tercer involucrado en el crimen del empresario. Tampoco mencionó las razones por las que ambos personajes fueron presumiblemente secuestrados. Es como si la conductora de ese espacio informativo quisiera atizarle a la fabricación de culpables por parte del fiscal Jorge Zuriel de los Santos. Y dejar intacto al mandatario estatal. Que el escándalo se mediatice y politice un rato en lo que se destensan los escenarios violentos y de crisis política. Maerker hizo su chamba también. Y doblemente. Trabajó cuidadosamente, el generoso convenio publicitario que esa empresa nacional mantiene con el gobierno del Estado.