El presidente AMLO sigue enojado. Muy enojado. De poco le vale hoy sea su cumpleaños. La marcha para defender al INE lo ha tenido regando bilis e improperios durante toda la semana. Ira y cólera mal contenidas, peor disimuladas. Más de 20 epítetos descalificativos han sido usados por López Obrador en contra de los marchantes. Hay quien los ha contado, sí.
La marcha les molesta, les puede, les saca urticaria a López Obrador y a la 4T. Las razones son muchas, aquí algunas:
√ No es el final de una petición ciudadana atendible, es apenas el principio. Dos —¿últimos?— años de López Obrador en los que cada error, ocurrencia y mala intención del tabasqueño será cuestionada de forma secuencial por propios y extraños.
√ La dificultad que significa destruir el sistema electoral del que AMLO y su régimen se han beneficiado, y de asegurarse que, de ahora en adelante, Morena usufructúe un piso disparejo y viciado.
√ La incapacidad que están teniendo de garantizar que, luego de que un un árbitro autónomo y justo veló por unas elecciones libres, al obtener la Presidencia y 20 gubernaturas, otros no puedan conseguir lo mismo o algo parecido.
√ La dificultad de construir una autoridad electoral alineada a la voluntad presidencial. AMLO, el antidemócrata, no soporta el juego bajo esas reglas; unas que implican que se le señale que sus corcholatas van mucho muy adelantadas en el juego del 2024 como consecuencia de violar la ley y ser sumamente tramposos.
√ El INE les recuerda que Morena no recortó un centavo al ejecutivo federal en el PEF 2023, pero a todos los órganos autónomos les redujo más de 6 mil millones de pesos. A todos menos a la CNDH, ese órgano comandado por Rosario Piedra que hace tiempo dejó de ser autónomo y, por lo mismo, útil.
√ El miedo y el odio a la independencia y la autonomía del INE. Al grado que el Instituto pide apenas 20 centavos de cada 100 pesos del PEF.
√ La intención de desaparecer al INE (o, si eso no se concreta, quitarle el presupuesto hasta asfixiarlo y hacer inoperante a su consejo general). Miedo a perder en el 2024 y, como solución, intentar regresar al más arcaico PRI, donde era este el único partido con posibilidades reales de obtener victorias comiciales (y prerrogativas presupuestales nada despreciables).
√ Que mismo los consejeros electorales designados por la 4T no apoyan la reforma (ciertamente no en estos momentos): “No es prudente la reforma electoral en vísperas de la elección presidencial”, dijo Uuc-kib Espadas, consejero electoral.
√ La incapacidad de resolver la siguiente contradicción: si el pueblo bueno respalda en su mayoría a la 4T, como afirman, ¿por qué la necesidad de quitar a un árbitro imparcial y autónomo?
√ Que Regeneración Nacional considera que solo los lopezobradoristas tienen motivos aceptables, honorables y genuinos para marchar.
La partida por la democracia apenas inicia; y es que resulta sumamente doloroso constatar que quien se benefició de la misma, ahora haga todo para dinamitarla.