Adara es integrante de la Unidad Canina de Protección Civil estatal. Es raza labrador, de tamaño grande y color negro. Es la mayor de todos los integrantes de la Unidad Canina, lleva 10 años de servicio y pronto la darán en adopción.
Fue entrenada para localizar personas con vida, un trabajo que iniciaron los fundadores de la Unidad Canina y que continuó su actual cuidador, Abel González Vázquez.
La Unidad Canina tiene 10 años de existencia, los mismos que Adara, quien es fundadora. Desde que nació fue entrenada para ser una perra de búsqueda y localización de personas en vida.
Adara es sociable, tranquila y jugetona. Al cumplir 10 años de servicio, estos perros se retiran y se ponen en adopción responsable.
Ella ya cumplió los 10 años, y pronto le organizarán un homenaje para despedirla y ponerla en adopción.
Sus 10 años de servicio fueron activos. Durante sus 10 años, Adara participó en el sismo del 2017 en la Ciudad de México, donde localizó a seis personas bajo los escombros.
Fue compañera de Frida, una perra de raza labrador de la Secretaría de Marina que en el 2017 ganó popularidad por localizar a 55 personas con vida y otras sin vida.
Un niño de seis años, un adolescente de 14 y una persona de la tercera edad fueron parte de las personas que Adara localizó en 2017.
Otra hazaña importante de Adara fue en la sierra de San Miguel Totolapan, municipio de la Tierra Caliente, también en el 2017.
Un grupo de militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), fueron arrastrados y sepultados por una avalancha de lodo, piedras y ramas en la comunidad de Carrizal, esta avalancha la provocaron las fuertes lluvias que se suscitaron en esa región.
Los militares realizaban labores de vigilancia en la comunidad de Carrizal, cuando el aluvión sepultó a los elementos.
El saldo fue de nueve militares desaparecidos y seis fallecidos.
Aunque Adara no es una perra entrenada para localizar cadáveres, en esa ocasión localizó dos y algunas de las extremidades de otros elementos.
Adara todavía muestra habilidad y ganas de jugar y moverse. Su cuidador, Abel, explicó que la decisión de jubilar a los canes de la Unidad Canina a esa edad es para salvaguardar su integridad física.
“No puede haber perros más grandes en la unidad porque ellos corren el riesgo de fracturarse o lastimarse por la edad, el físico ya no es el mismo, es como una persona humana que envejece”, mencionó Abel.
Actualmente, ya participa en búsquedas, está en el área de caninoterapia para apoyar a niñas, niños y adolescentes con autismo, problemas de ansiedad y depresión.
Después de trabajar 10 años y estar al servicio de los guerrerenses, Adara será dada en adopción. Antes, le harán un homenaje para despedirla de la Unidad Canina, aun no se tiene fecha.
Será Protección Civil quien emita una convocatoria para la adopción de Adara.
Debido a que Adara es una perra acostumbrada a moverse, estar activa y tiene cuidados especiales, uno de los requisitos será que, la persona que la adopte, tenga la solvencia económica necesaria y el tiempo para sus cuidados.
Otro aspecto a considerar será que la persona tenga un espacio adecuado para Adara.
Adara convive con otros canes, otro de los requisitos será que su nueva familia humana la lleve eventualmente a la Unidad Canina para que vea y conviva con sus compañeros.
Adara está bien de salud, en la Unidad Canina cuidan su alimentación, tiene chequeos médicos y le proporcionan las vitaminas que necesita.
Abel, quien además de ser el encargado de la Unidad Canina fue el entrenador de Adara por cuatro años, se siente con un poco de nostalgia, pero contento con los resultados de Adara.
“Yo me siento orgulloso por el cuidado que le dimos y el trabajo que realizó aquí. Ella ya se merece el descanso, se merece que ella disfrute, que sea un perro de casa”.