Todo sigue casi igual desde que inició su gestión. El alcalde perredista Antonio Gaspar Beltrán mantiene el mismo esquema del servicio público en la capital de Guerrero. Durante los primeros 100 días de su gobierno no ha empleado un programa institucional que lo distancie de las administraciones priistas en Chilpancingo de los últimos años.
Escasez en el servicio de agua potable, falta de alumbrado, recolección de basura, calles en mal estado, inseguridad, nómina abultada, conflictos laborales, protestas de trabajadores y vecinos, opacidad y falta de transparencia en la administración, son algunos de los problemas que continúan latentes.
Gaspar Beltrán asumió la alcaldía con un visible respaldo del gobernador Héctor Astudillo Flores, quien fue su líder político antes de que el PRI le negara la candidatura a diputado local en 2012, razón por la que renunció a ese partido para integrarse al PRD.
En resumen, Gaspar Beltrán llegó a la alcaldía de Chilpancingo con el respaldo del gobernador, algo que nunca tuvo Marco Leyva y que denunció en reiteradas ocasiones. Ruptura que fue muy evidente.
Los primeros días de gobierno de Gaspar Beltrán no son distintos a aquéllos en los que gobernó Leyva Mena. También se distinguieron por las protestas de trabajadores que rechazaban los nombramientos que dio a priistas que estuvieron en otras administraciones y los señalaron de actos de corrupción.
Sin embargo para él, su primer trimestre de gobierno es un significado de cambio, al menos así lo enunciaron desde sus áreas de difusión.
Destacan que es “El gobierno de la gente” donde la rendición de cuentas y la transparencia será la distinción.
Se mantienen conflictos laborales del pasado
Trabajadores de la administración municipal, afiliados al Sindicato Independiente sección 14, uno de los tres que existen en el ayuntamiento, permanecieron 26 días en movimiento por injusticias laborales.
Todo ese tiempo instalaron un campamento afuera de la Comisión de los Derechos Humanos de Guerrero (CDHG) en reclamo de la renuncia de la directora de Recursos Humanos, Lizbeth Huitrón Gómez, quien ocupó el mismo cargo en la administración de Mario Moreno Arcos, en su periodo de hace dos trienios.
El dirigente de este sindicato, Domingo Salgado Martínez, está convencido de que la funcionaria infló la nómina en su gestión anterior, aunque nunca ofreció pruebas de su acusación. Gaspar Beltrán la sostuvo en el cargo y pidió a los trabajadores denunciarla si tenían las pruebas.
Después de los 26 días de paro, el gobierno y el sindicato llegaron a un acuerdo: Huitrón Gómez no despediría a ninguno de los empleados agremiados a la sección 14.
Poco tiempo después, el 8 de enero pasado, otro grupo de trabajadores, los extraordinarios y sindicalizados, cerraron los dos accesos del Palacio Municipal para exigirle al alcalde nivelación del pago de aguinaldo y de salario, y una revisión de la nómina.
Sus argumentos es que había en el ayuntamiento trabajadores con menos antigüedad y recibieron más aguinaldo, porque su salario era mayor.
El presupuesto de Ingresos aprobado por el Congreso local de 2019 para el ayuntamiento de Chilpancingo es de 734 millones 311 mil 516 pesos, y de acuerdo al alcalde, 50 por ciento de ese recurso se destinará al pago de nómina de 3 mil 200 trabajadores.
Justo ese mismo número de trabajadores mantuvo Leyva Mena en su periodo, grupo en el que el mismo exalcalde reconoció que había, porque así lo heredó, aviadores; es decir, personas que cobraban sin trabajar a quienes no podían despedir porque “ya habían adquirido derechos”.
Es decir, que el número de trabajadores no se redujo en este gobierno que ingresó descalificando el abultamiento de la nómina.
El recurso del Ramo 28 destinado a nómina, según Gaspar Beltrán, sólo le permite pagar 2 mil trabajadores, el resto es generador de un endeudamiento y por ende de un déficit financiero.
Al grupo de aviadores que continúan en su administración, prácticamente se declaró imposibilitado para ubicarlos y suspenderlos. “Tienen una estrategia muy buena, porque cuando los busco están todos trabajando, están todos cumpliendo sus horarios”, comentó en entrevista.
La única estrategia que se le ocurre es solicitarle a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) su intervención para revisar la base trabajadora.
Chilpancingo, la misma ciudad insegura
En contraste, Chilpancingo con continúa sin incrementar el número de policías y desde la administración pasada sigue en 120, el alcalde los atribuye a que los aspirantes no aprueban los exámenes de control y confianza.
La violencia e inseguridad en Chilpancingo se mantiene en los mismos picos. De acuerdo con un recuento de periódicos, en los primeros 20 días de este 2019 ya sumaban 12 personas asesinadas, y de varios asaltos alrededor del zócalo de la ciudad.
El 2 de enero unas personas intentaron asaltar las oficinas de Bancoppel, ubicado junto al zócalo, sin que se llevaran nada, pero hirieron a tres personas, dos trabajadores y un cliente.
Hasta ahora el alcalde Antonio Gaspar Beltrán no hace público ninguna estrategia de seguridad para el municipio durante su gestión.
Cuando fue consultado acerca de su política pública de seguridad, dijo que hace lo que le corresponde para prevenir el delito, pero no mencionó qué es lo que hace.
Todo indica que la mayoría de los chilpancinguenses tampoco saben ni perciben estrategias efectivas de prevención, al menos así lo refleja la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) realizada por el INEGI.
El Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática ubica a Chilpancingo como la segunda ciudad del país con la mayor percepción de violencia: 93.8 por ciento de los capitalinos vive con miedo.
Para el empresario de la construcción y expresidente de la Coparmex en Chilpancingo, Adrián Alarcón Ríos, opinó que el miedo de sus paisanos es resultado de la falta de trabajo en la prevención del delito, responsabilidad directa del gobierno municipal.
El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, se colocó en ese 93.8 por ciento de los habitantes de Chilpancingo que viven con miedo. Tanto que a partir de las siete de la noche no sale de su casa por el temor de ser víctima de algún delito.
El resto de los habitantes también toman medidas para cuidarse y se nota en algunas zonas de la ciudad.
Algunos colonos han colgado lonas en las entradas de las colonias con mensajes de advertencia de que lincharán al que sorprendan robando, una práctica aplicada desde administraciones pasadas que continúa.
Durante una reunión con socios de Coparmex el miércoles, el encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, Rafael Horacio Perfecto Beltrán Noverola, consideró necesario que en Chilpancingo se incremente el número de policías municipales.
Esa responsabilidad, insistió el funcionario, cuidándose de que no quedara ninguna duda, es responsabilidad de los alcaldes, a quienes también señaló de negarse a “soltar” el dinero destinado para la seguridad pública.
Pero para el alcalde si alguien tiene la culpa de que los habitantes de Chilpancingo vivan con miedo, son los periodistas y lo medios de comunicación que informan hecho de violencia. “Hasta pareciera que son voceros de la delincuencia”, dijo después de se conocieron los resultados de la encuesta de INEGI.
La ciudad de la falta de servicios públicos
La ciudad carece de alumbrado público, un servicio básico del que es responsable el ayuntamiento, y con el que se puede prevenir el delito, otra de sus responsabilidades.
Las calles del centro están obscuras y las de las colonias de la periferia ni se diga.
En el artículo 177 de la Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado de Guerrero, el cual aborda los servicios públicos municipales, establece que los ayuntamientos deberán garantizar agua potable y alcantarillado; limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de la basura, y seguridad pública, entre otros servicios.
En Chilpancingo, el servicio de recolección de basura está en manos de particulares que se fortalecieron en la segunda administración del ahora gobernador Héctor Astudillo Flores (2009-2012), proveedores con los que continúa el actual gobierno.
Al cierre de 2018, el servicio de Transporte recolector de basura, limpia y pepenada (Treblip), conocido como La basura jefa, contaban con una flotilla de 158 camionetas para el servicio de recolección de la basura, según los números del ayuntamiento. El gobierno municipal no los regula, pero sí les permiten su funcionamiento porque, según el argumento cuando surgieron, no había camiones oficiales suficientes para toda la ciudad.
Los particulares imponen cuotas de recolección que van desde los 20 pesos a los 100. El costo lo incrementa dependiendo de la cantidad de basura.
En contraste, la Secretaría de Servicios Públicos del municipio sólo cuenta con 18 camionetas recolectoras para la más de 600 colonias de la ciudad.
Durante su discurso de toma de protesta el día 30 de septiembre de 2018, Gaspar Beltrán informó que se regularía el servicio de recolección por particulares.
La falta de camiones recolectores del municipio generó la proliferación de basureros clandestinos en la ciudad que hasta hoy continúan.
“No puede ser que el centro de la ciudad capital siga siendo infestado por basureros clandestinos”, dijo el alcalde hace unos días al inaugurar una calle al norte de la ciudad.
Para frenar los tiraderos clandestinos, anunció que a las personas que se les sorprenda tirando basura en la calle serán detenidas por policías y remitidas a barandilla, y para salir tendrán que pagar una multa de 350 pesos.
La estrategia no ha dado resultados
Hace dos años el basurero municipal a cielo abierto de la colonia La Cinca fue cerrado. Desde entonces el problema de la basura en la ciudad se agravó.
En enero de 2017 la Secretaría de Salud del estado emitió una declaratoria de emergencia sanitaria por la proliferación de los desechos en la ciudad.
Gaspar Beltrán informó que realizan los trámites para la compra del predio El Huiteco, donde actualmente se tira la basura para que se construya el relleno sanitario con una inversión de 14 millones de pesos.
El lugar según los planes del actual alcalde será concesionado a una empresa privada para el manejo de los desechos, pero lo claro es que aún no está definido.
La escasez del agua potable es otro de los problemas que enfrenta el llamado “Gobierno de la gente”.
Al igual que en pasadas administraciones, el gobernador sigue apoyando el pago de energía eléctrica de la Comisión de Agua Potable de Chilpancingo (CAPACH), el alcalde se justifica que no tiene recursos ni para pagar el servicio, además enfrentan de deudas millonarias de usuarios morosos y más de 8 mil tomas clandestinas.
En contraste, la paramunicipal gasta mensualmente en nómina 3 millones 300 mil pesos en pago a 201 trabajadores.
Ante el quebranto financiero de la CAPACH, Gaspar Beltrán anunció que en marzo podría realizarse una consulta popular para decidir qué hacer con el organismo, si lo privatizan o lo entregan al gobierno del estado para su administración, propuesta que fue rechazado por trabajadores sindicalizados.
Mientras las autoridades deciden qué hacer con la CAPACH, las familias enfrentan la escasez y recurren al bloqueo de vialidades y las protestas para exigir el suministro, acciones frecuentes en la ciudad.
El 9 de enero, vecinos de la colonia Guerrero bloquearon el viejo libramiento a Tixtla para exigir el servicio de agua que no tenían desde hace un año. Los vecinos cuestionaron también el trabajo de la directora del organismo de agua, Irma Lilia Garzón Bernal.
Para el secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del estado, Rafael Navarrete Quezada, la escasez en el servicio no es por la falta de agua, sino por una mala distribución de la CAPACH, sumado a la tubería en mal estado, expuso durante la comparecencia ante diputados de noviembre pasado.
La opacidad y lo que no se ha hecho
Los gobiernos priistas de Chilpancingo se caracterizaron por la falta de transparencia y rendición de cuentas. Con la alternancia o este alcalde del PRD, las cosas siguen igual: no se conoce de manera oficial cuánto gana un regidor o síndico y los funcionarios, cuánto se asigna para obras públicas y los montos sobre el gasto corriente.
Las sesiones de Cabildo siguen realizándose en privado y para algunas actividades se invita sólo a algunos reporteros.
A 100 días de este gobierno municipal ni siquiera existe un sitio web oficial del ayuntamiento.
El miércoles 23 de enero, Gaspar Beltrán dio su informe por los primeros 100 días de gobierno en el zócalo de la ciudad. Como parte de su rendición de cuentas, su personal proyectó un video donde se supo que parte de sus primeras actividades fueron la entrega de 23 ataúdes, reuniones, trámites, rehabilitación de calles, brigadas médicas, talleres, cinco posadas, desayunos gratuitos en escuelas, audiencias, la caravana de los Reyes Magos, entre otras.
Ahí dijo que Chilpancingo no puede solo y necesita el respaldo del gobierno federal.