Texto: Alejandro Ortiz
El levantamiento de al menos una veintena de presuntos sicarios de un grupo criminal, el asesinato de cuatro de ellos -abandonados frente a la casa de campaña del alcalde-, y la balacera en pleno zócalo, que dejó a un niño de 10 años herido, son temas por los cuales el gobierno estatal y municipal, han guardado silencio en el municipio de Iguala.
La detención de líderes de la extinta banda Guerreros Unidos, por su participación en la desaparición de normalistas de Ayorzinapa, provocó un reacomodo que ha traído consigo, una ola de violencia extrema en Iguala, y municipios cercanos a la región Norte.
De los remanentes de Guerreros Unidos, se conformó el grupo de “La Bandera”, quienes actualmente se enfrentan con la banda contraria de “Los Tlacos” (gente de la sierra), cuyo bastión se ubica en la zona serrana del estado.
En los últimos días, Iguala nuevamente ha sido centro de actos delictivos, los cuales tienen la particularidad de estar relacionados precisamente con la disputa de esos grupos. Sin embargo, llama fuertemente la atención, el silencio de los distintos órdenes de gobierno.
El pasado 29 de septiembre, un día antes del cambio de gobiernos municipales, los cuerpos de cuatro hombres fueron dejados abandonados, justo frente a la casa de campaña del ahora presidente municipal, David Gama.
Horas más tarde, en redes sociales circuló un video en el cual al menos 20 sicarios de “La Bandera”, son interrogados por el grupo contrario que porta armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.
Cuatro de los interrogados eran las víctimas que por la mañana aparecieron frente a la casa de campaña del edil priista, la Fiscalía General del Estado confirmó que los cuatro asesinados estaban relacionados con una banda criminal; no se informó sobre el resto de los interrogados.
En un breve comunicado, la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, dio a conocer que tanto el gobernador, como las instituciones que participan de la mesa, “fueron informadas” por el fiscal, sobre los hechos de Iguala.
El domingo tres de octubre por la noche, una nueva balacera en pleno zócalo de Iguala, dejó un saldo de dos personas heridas, entre ellas un menor de 10 años de edad, quien presenta una herida de arma de fuego en la cabeza (presuntamente un rozón de bala).
En el atrio de la iglesia de San Francisco de Asís, la comunidad -principalmente católica- se reunió para llevar a cabo un festival. En videos difundidos en redes sociales, se muestra el momento en el que el evento es interrumpido por los disparos de arma de fuego.
A unas horas de dicho ataque, en sus redes sociales, el alcalde David Gama presumió el inicio de una rehabilitación del Periférico Oriente en la cabecera municipal, omitiendo cualquier información de lo ocurrido una noche antes.
“Les aseguro que estamos trabajando para que nuestras calles y colonias sean un lugar digno de recorrer”, escribió el presidente municipal en su cuenta oficial de Facebook.
El tema, fue hablado incluso de manera escueta por el gobernador, Héctor Astudillo, quien desde Acapulco se limitó a contestar que “revisamos el tema Iguala de ayer”.
“Le dimos seguimiento a los temas recientes, tu sabes a cuáles me refiero que ya no quiero estar hablando mucho de ellos”, respondió el titular del Poder Ejecutivo.
El tema de la inseguridad e injerencia de grupos delictivos en Guerrero, ha llegado nuevamente hasta el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien en específico se refirió al tema del aumento en el precio de las tortillas, que grupos criminales imponen en el estado.
No obstante, a respuesta de Héctor Astudillo, es un tema que se generalizó, “hay que ver dónde ¿No? Porque no es generalizado donde pueda tener presencia los grupos de la delincuencia organizada”.
“Son casos específicos, que desde mi particular punto de vista, lo generalizaron”, fue la respuesta del mandatario.
El pasado 18 de septiembre, en la ciudad de Iguala, todas las tortillerías amanecieron cerradas, como rechazo a la imposición del aumento del precio a la tortilla, que trata de establecer una banda del narco en la región Norte.