Rosalí Bahena Hernández, inicia su día a las tres de la mañana para comenzar con su labor, la elaboración de bolillo y pan. Lleva unos 40 años en elaborando pan, aprendió este oficio de sus padres, recuerda que su papá no tenía trabajadores y ella aprendió para ayudarle.
La Panadería San Salvador fue fundada por su padre Anselmo Bahena y su madre Alicia Hernández. Actualmente ella es la encargada de la panadería.
Es una de las más antiguas de Tixtla. “Fue la principal que trajo el bolillo y pan blanco, que bueno que le gustó a la gente”, dijo Rosalí.
La temporada de Día de Muertos es una en las que más se vende el pan. Algunos de los panes que más se venden son; semitas, muñeco de pan y pan en forma de animales, son los que más se venden para decorar los altares.
De acuerdo con Rosalí, el pan de muerto se pone en la ofrenda porque los familiares difuntos vienen a comer y lo que se pone en la ofrenda.
Rosalí realiza pan en forma de animales, como gallos, ganado, caballos entre otros, esos panes se colocan en el altar como referencia a los gustos u ocupaciones de la persona fallecida.
Por ejemplo, si un difunto era ganadero, en su altar le colocan un pan en forma de ganado.
En su panadería trabajan unas ocho personas, principalmente mujeres y madres autónomas, a quienes Rosalí les da oportunidad de tener un ingreso extra.
Los costos varían, van desde los seis hasta los 40 pesos, depende del tamaño y la forma del pan. Tardan unos 10 minutos en elaborar un muñeco en forma de pan y realizan entre 20 a 10 kilógramos.
Rosalí estudió la licenciatura en derecho, ejerció su profesión pero nunca dejó de hacer pan, este trabajo lo inculcó a su hija, quien estudió relaciones internacionales y también se dedica a la repostería.
Brindar calidad a sus clientes
En la Panadería San Salvador, buscan los ingredientes más naturales para realizar el pan y brindar calidad a sus clientes.
Para realizar el pan utiliza manteca de cerdo, harina artesanal. Implementa los productos menos procesados para un mejor sabor y cuidar la salud de sus clientes.
“Nosotros tenemos que buscar lo más natural, que no le haga daño a la salud de las personas”.
Rosalí también adapta el pan para las personas que por alguna enfermedad no pueden consumirlo, realiza pan integral.
“Nosotros como panaderos hay que buscarle, si no pueden comar pan de ese, hay que hacer un poco de pan integral, vemos que quieren su pancito con menos grasa, menos gluten. Tratamos de darle a las personas enfermas o que no puedan comer pan, que coman por lo menos un pancito”.
Llamó a las personas a que consuman el pan de Tixtla, que continúen con la tradición de colocar pan a sus altares y a valorar el trabajo de los panaderos.
“Valoren el trabajo de todos los panaderos, nosotros lo hacemos con gusto para que se lleven un sabor rico a la boca y que apoyen a los panaderos de aquí (Tixtla)”.