Desde 1825, ríos de color, música y tradición corren por las calles de Chilpancingo una vez al año. El domingo anterior a la navidad.
Recientemente a la la celebración se le ha agregado otro elemento más: el consumo excesivo de alcohol.
La celebración es considerada una de las más importantes del estado que ha dado identidad cultura al municipio.
Desde la noche de ayer vecinos comenzaron a colocar sillas, lonas y toldos en las calles para apreciar las decenas de danzas de todo el estado, y a las autoridades que encabezan el recorrido.
La plaza de San Mateo bulle con sonajas, machetes, bandas y los giros de las danzas previas al desfile.
Para las 11 de la mañana inicia el desfile encabezado por el gobernador Héctor Astudillo Flores, el alcalde Jesús Tejeda Vargas, diputados, y funcionarios.
En seguida un sinfín de danzas, la corriente interminable de personajes de mil formas y colores, entre gritos y zapateados, entre las melodiosas notas con sabor prehispánico de las flautas de carrizo, la tambora que se da gusto marcando los ritmos de las danzas, las sonajas y las risas, la admiración y los aplausos de quienes forman la valla por toda la ciudad.
Cientos de capitalinos inundaron las calles para observar las danzas, otras más se sumaron a las danzas y realizaron el recorrido hasta la plaza de toros Belizareo Artega, donde minutos antes de las cuatro de la tarde dio inicio el tradicional porrazo del tigre.
De acuerdo a datos de la coordinación del Pendón participaron más de 130 contingentes, 73 danzas de todo el estado, 58 bandas musicales, 22 grupos folklóricos y tradicionales.
Además del río de danzas y colores, lo que proliferó fue las bebidas alcohólicas, sobre las banquetas, en toldos, lonas fueron instalados puestos donde ofrecían cervezas, micheladas, y mezcal de sabores y colores, esto pese a que el ayuntamiento anunció un operativo para prohibir y sancionar la venta de bebidas embriagantes en la vía pública.
El recorrido del pendón concluyó sin que se reportara algún incidente.