Buscando sombra entre los arbustos y las carpas de tela de los puestos ambulantes que están sobre la banqueta, don Jacinto y su esposa María, esperan el avance de la larguísima fila para emitir su voto en la casilla instalada en las canchas de la colonia Galeana en Chilpancingo.
Los rayos del sol queman la piel sin piedad a una muchedumbre que aguarda desde temprana hora en una larga fila que rodea casi en su totalidad al deportivo.
Doña María y Don Jacinto llegaron junto con 8 miembros de su familia, desde las 8 de la mañana. No atinan a decir con precisión a qué fueron. Traen en sus manos unos formatos que dicen que les dio un Servidor de la Nación y quien les pidió asistir este día a presentar los documentos.
No saben que se llevan a cabo la elección de consejeros de Morena. Sin embargo, Doña María tiene algo muy claro: que no gane el PRI “son corruptos y se roban el dinero de la gente, por eso venimos a apoyar a Morena”.
Vienen desde Chichihualco. El enfado y cansancio se les nota hasta los poros. Comentan que aún no han almorzado y la persona que los llevó sólo les arrimó un vaso de agua fresca que tienen en las manos. Ya pasan de las 11 de la mañana.
En la acera de enfrente, unas urvan del transporte público de la ruta Nuevo Mirador, Infonavit y Cooperativa se atiborran de gente, en su mayoría de la tercera edad, que salen de las instalaciones de las canchas donde emitieron su voto. El acarreo era evidente.
En la entrada del recinto, las discusiones por quién se metió en la fila o quién no está formado y quiere entrar, suben de tono al punto de los golpes. Pero no pasa de ahí.
Hombres y mujeres con listas en mano coordinan a sus invitados y los tratan de mantener en calma.
-¿Les pagaron el pasaje o vinieron por su cuenta? Pregunto a la pareja y don Jacinto se apresta para responder: “Si yo hubiera pagado mi pasaje, no vengo”.
Agrega: “Esto está muy tardado, su hubiera sabido que iban a tardar tanto mejor me quedo en mi casa, no me dijeron eso, pero qué le hacemos ya estoy aquí”.