Agresores serían los mismos que desaparecieron a su hermano Iván; grupo delictivo tiene su bastión en la zona de Tres Palos
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, condenó el ataque en contra del activista Marco Antonio Suástegui Muñoz, líder histórico opositor a la presa La Parota y actualmente también líder turistero.
En un comunicado, Tlachinollan recordó que el viernes por la tarde noche, un pistolero atacó al líder del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la presa la Parota (CECOP), quien es atendido en un hospital privado, en donde se reporta como grave pero estable.
“La agresión al líder del CECOP se da en medio de una vorágine de violencia que azota a Acapulco, donde las bandas delictivas se imponen la ley de las balas ante la inacción de las autoridades y fuerzas de seguridad”.
“La agresión contra Marco Antonio no es consecuencia de la violencia irracional del hampa, es la continuidad de una represión sistemática que el líder campesino vive desde que decidió defender el agua y las tierras de los bienes comunales de Cacahuatepec”, expresó Tlachinollan.
Y es que recordaron que desde el levantamiento de Marco Suástegui, fue encarcelado en 2003 durante la administración de René Juárez Cisneros; en 2013 “con triquiñuelas legales” fue encarcelado en un penal de máxima seguridad en Tepic y en 2017, nuevamente se le acusó injustamente, junto a su hermano Iván Suástegui, por un multihomicidio “que nada tuvieron que ver”.
La ONG recalcó que en todas las acusaciones, los jueces declararon inocente a Marco Suástegui e incluso en el tema de daños y robo contra un empresario de la gravilla, en Acapulco, las autoridades resolvieron que el empresario tenía posesión ilegal de las tierras donde operaba.
De acuerdo con Tlachinollan, actualmente Marco Suástegui contaba con medidas del Mecanismo de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos de la Secretaría General de Gobierno Federal, sin embargo nunca se atendió su petición de escoltas de la Guardia Nacional; las medidas se limitaron a un teléfono satelital y un botón de pánico.
Desde la desaparición de su hermano Vicente Iván Suástegui, Marco “se puso al frente de la búsqueda de su hermano y reiteradamente denunció la inacción de las autoridades para investigar y buscar al defensor desaparecido”, lo que lo ha llevado a recibir constantes amenazas.
“La agresión contra Marco Antonio es parte de la represión y hostigamiento de que es víctima desde hace décadas. Las autoridades fueron omisas para implementar medidas de protección a favor del líder campesino pese a que tenían conocimiento de las amenazas que enfrentaba. Soslayaron deliberadamente los riesgos que enfrentaba. Las autoridades saben de dónde vienen las agresiones recientes contra el líder campesino”.
“Militares, Fiscalía y gobierno del estado tienen un mapeo claro de los territorios donde operan los grupos delictivos en Acapulco y no hacen nada para desmantelarlos. No es casual que el grupo delictivo que desapareció a Vicente Iván Suástegui Muñoz sea el mismo que lo agredió el día viernes”.