De acuerdo con el alcalde de Chilpancingo, Antonio Gaspar Beltrán, en la ciudad existen ocho mil tomas clandestinas de agua potable con las que obtienen el servicio de manera ilegal y sin pagar, una práctica similar a la que utilizan para robar el combustible a Pemex.
Entrevistado en un programa de radio local, el alcalde argumentó que, cuando propuso privatizar la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (CAPACH) no era una ocurrencia sino una necesidad y las empresas interesadas en el tema “hay al por mayor”.
Gaspar Beltrán aseguró que las empresas interesadas en administrar la CAPACH han señalado que “van a mandar de vacaciones (a despedir) a todos los trabajadores”.
El alcalde dijo que la CAPACH no tiene ni para pagar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y explicó que en recibos no pagados los usuarios adeudan una suma de más de 200 millones de pesos.
Y en los últimos meses es el gobierno del estado quien ha pagado el suministro de energía eléctrica que utilizan las plantas abastecedoras de agua para la ciudad.