Un día designado por la ONU Para hacer decirles a las niñas; es el 11 de octubre. En México, el 30 de abril desde 1924 que es conocido sólo como Día del Niño. Hay que nombrarlas, y es obligada una reflexión al respecto: hay 1.1 mil millones de niñas en el mundo; La mayor parte de ellas no sabrá que hay un día especial para hablar de sus derechos, porque la realidad es que se encuentran en situaciones de desventaja y discriminación.
Las niñas se ven expuestos a situaciones de violencia, matrimonios infantiles, trata de personas, embarazo adolescente y un sinfín de peligros que se acentúan en países con crisis o conflictos sociales, producto de la desigualdad, el machismo y las tradiciones.
Unicef documenta una edad crítica para las niñas, los 12 años, muchos niños en esta edad son forzadas a matrimonios o víctimas de violencia sexual. La mayor parte de las niñas antes de esta edad no se reconoce con los mismos derechos que los niños; supone privilegios a ellos porque desde su entorno se les magnífica esta idea. Sólo por poner un ejemplo, analicen los espacios que ocupan los niños en el recreo: son grandes, son las canchas y los jardines, entre otros. Los niños jueguen en espacios muy reducidos y donde no estorben a temas que les interiorizan sexismo.
Uno de cuatro entre niñas y niños vive en pobreza extrema en el planeta, pero con las niñas las que poco logran romper este lastre. La estadística de ONU-Mujeres determina que “tan sólo este año 12 millones de niñas menores de 18 años contraerán matrimonio y 21 millones de niños de entre 15 y 19 años quedarán embarazadas en la regiones en desarrollo”.
Empoderar a las niñas es la consigna, protegerlas y auxiliar en la creación de entornos menos hostiles para ellas debe ser un acuerdo de voluntad generalizada entre los tres ámbitos de gobierno y principalmente en la sociedad. Son comunidades las que deben vigilar que no vulneren estos derechos.
Hay un gran reto para nuestro país. México cerró 2017 como uno de los peores años para niñas y mujeres; en 2018 el avance fue lento; este año el panorama debe ser diferente.
Ocupar un primer lugar como país de las OCDE en embarazo adolescente es deuda con las niñas. Deben reconocerse siempre los esfuerzos y la obligatoriedad que tenemos las instituciones de eliminar todas las formas de violencia hacia las niñas. Debemos trabajar de manera coordinada para hacer conciencia social.
En Guerrero, la venta de niñas en al menos seis municipios del entidad, por usos y costumbres, es un tema que mueve nuestra agenda. Coordinamos con DIF Guerrero y la señora Mercedes calvo, en transversalidad con otras secretarías, una cruzada al respecto por los derechos humanos de las niñas.
La educación es otra vertiente para empoderarlas. Educar a las niñas puede acabar con la pobreza. Cuando 10% de las niñas en un país reciben educación, el PIB aumenta 3%. Si una niña termina la educación formal, a futuro ganará 70% más cuando sea adulta. Es por ello que, como dice la organización Save the Children, las niñas son un capital humano valioso.
Empoderar a las niñas es urgente, no hay mejor herramienta que la educación. Asegurar que culminen una carrera profesional y luego desarrollar un plan de vida en que las mujeres jóvenes tengan un empleo, antes que un matrimonio, es crucial.
Denunciar cualquier acto de violación a los derechos de las niñas es la tarea principal.
“Las niñas cambiarán al mundo, pero el mundo debe escucharlas y protegerlas”: ONU.
* La autora es Secretaria de la Mujer del gobierno del estado de Guerrero.