Desde hace un par de días ya no es alcalde de Chilpancingo Marco Antonio Leya Mena o mejor dicho es alcalde con licencia, MAL como le dicen algunos; causante de todas las desgracias de esta capital. Gracias padre celestial por ocuparte de este asunto y hacer a esta tierra pozolera una ciudad mejor, porque como ya se fue Marco Leyva entiendo que los chilpancingueños (incluyéndome) cambiaran su forma de ser y los milagros sucederan, por ejemplo:
- Separaremos la basura en orgánica e inorgánica, haremos composta, no la tiraremos donde se nos hinche nuestra pinche gana, es más, nos la comeremos con tal de no tirarla en cualquier esquina, y así dejaremos de culpar al maldito gobierno de todo lo que pasa, porque seremos nosotros quienes pongamos el ejemplo.
- Manejaremos nuestros autos de forma decente, entenderemos al fin donde entrar y salir en el boulevard Vicente Gerrero, no haremos dobles o triples filas, así nuestros hijos vayan en escuelas privadas, no nos pasaremos el alto, y no pondremos nuestro carro a mitad de la calle, justificándolo con la hermosa y coloquial frase de: “hay pasas, ni que tuvieras trailer”.
- Tendremos orden al entrar a cualquier evento, no nos empujaremos, no nos meteremos a la fila a huevo, al fin ya no nos van a tortear a los nalgones, bendito Dios que ya se fue este cáncer investido de munícipe.
- Estaremos enterados de la agenda cultural, asistiremos a eventos, los foros culturales estarán llenos en los conciertos, obras de teatro y exposiciones pictóricas.
- No existirá más en Chilpancingo el maldito reggaeton, la horrenda música de narcocorridos, jamás nos visitarán personajes indeseables como el infame del Komander, seremos capital cultural maldita sea.
- Cuidaremos la ecología, racionaremos el agua, jamás a un tinaco se le derramará el vital liquido por estar viendo la novela; apagaremos las luces si no las usamos, no importa que venga el pinche “Coco” a asustarnos.
- Jamás cerraremos una pinche calle por la peda, el festejo del santito, la piñata del vecino o cualquier otra importante razón.
No habrá más bardas disfrazadas de topes, sintoma de nuestro tercermundismo, porque no nos sentiremos pilotos de la Formula 1 o combiero enardecido y respetaremos las reglas de tránsito. - Respetaremos el lugar para los discapacitados porque al fin sabremos que la huevonada no es discapacidad, menos la cruda, respetaremos garages y no habra necesidad de cubetas en los apartados, los baches nunca volverán y los choferes de urvan y taxis sonreirán perennemente y dejarán de hacer un desmadre con los oficiales de transito, a los que ya no les diran “culeros”, “marrano” o cualquier otro bello adjetivo.
Gracias Dios, Chilpancingo será como Paris, porque hemos entendido que llega al poder a quien elegimos o elige la mayoría (en teoria), porque hemos entendido que no depende de quién ostente el cargo, sino de nosotros mismos para hacer comunidad, ser mejores ciudadanos y vivir mejor, ¡con un carajo!
PD. Yo no voté por el señor Marco Leyva y tampoco me parece el culpable de todo.