Chilpancingo.- La feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo de Chilpancingo no es distinta de otras ediciones que la tienen en la línea de la decadencia.
Baños sucios y mal olientes, exceso de bares y barras para la expedición de bebidas embriagantes, precios elevados en los juegos mecánicos y falta de exhibición de precios en los restaurantes, así como negocios de venta de piratería por encima de negocios de artesanías, son la constante en la llamada “feria más antigua de México”.
En un recorrido realizado por Ahora Guerrero, se pudo constatar lo anterior. En el caso de los juegos mecánicos, los precios van desde los 30 hasta los 40 pesos para niños. Los juegos para los más grandes llegan a tener un costo de $70 pesos.

Testimonios de personas que fueron entrevistadas, dijeron que cuando la demanda de usuarios incrementa, los operadores de los juegos mecánicos acortan el tiempo de la atracción con el fin de subir al mayor número de clientes.
A decir de Los Gómez, una familia conformada por tres hijos y sus padres, llevaron un presupuesto de $500 pesos para divertirse, dinero que no les alcanza mas que para un juego de $50 pesos para cada uno, se quejaron.
“La verdad yo creí que iba a cambiar un poco la feria pero sigue siendo lo mismo de siempre, no se ve todo el dinero que dice el alcalde que invirtió, sigue habiendo muchos espacios de tierra y de los precios ni hablar.”
En la mayoría de las taquerías se pueden leer anuncios que ofertan a $25 pesos la orden de tacos, “pero es el gancho”, dijeron Los Gómez, “pues ya dentro, los precios de otros platillos son elevados.”
Además, en las taquerías y restaurantes que este medio visitó, ninguno de esos establecimientos cuenta con cartas donde exhiban la lista de sus productos y sus precios, lo que se presta a abusos sin que ninguna autoridad lo impida.

Atrás de los juegos mecánicos habilitaron un área para la venta de artesanías guerrerenses, los que sumándolos no llegan ni a diez, el resto del espacio es ocupado por ropa de imitación, discos piratas y hasta joyería de fantasía, la misma que ha desplazado a la plata que se produce en Taxco.
En el área de las barras, bares y antros, se pudieron contabilizar al menos 40 establecimientos. Los pocos que se encontraban abiertos -tal vez por ser el primer día del año- se encontraban casi vacíos, a decir de un locatario, esperan con ansias el regreso de vacaciones de los estudiantes para levantar las ventas.
Los sanitarios que se encuentran entre esos lugares de vicio y los negocios de comida, no cambiaron a pesar de los dichos del presidente municipal: pestilentes, sucios, con agua y orines en el piso y hasta lodo.

Durante el recorrido no se pudo notar la presencia policiaca, mas que en la entrada, dos agentes de tránsito dándole vialidad a los pocos visitantes con una grúa de arrastre, “para el que no se ponga buso”, dijeron algunos conductores.
Así pues, la Feria de Navidad y Año Nuevo de Chilpancingo no pasó de ser otra más, cuya inversión para su remodelación anunciada por Antonio Gaspar Beltrán fue de más de 3.5 millones de pesos, no dejó de sorprender a los capitalinos, quienes aseguran es el gran negocio de cada administración municipal.
