Guerrero. – Baches y tramos en constantes trabajo de reparación es lo que presenta la autopista del Sol en su tramo Cuernavaca-Acapulco.
Cortes en la circulación, maquinaria pesada y costales de tierra que sirven como contenderos mientras cortan cerros y rompen piedras es la escena que se repite en por lo menos cinco tramos de la vía.
En el tramo Cuernavaca-Chilpancingo los automovilistas deben detener la marcha pues la circulación se reduce a un carril.
Una situación similar se repite en el tramo Chilpancingo-Acapulco donde en ambos sentidos de la vía realizan trabajos de demolición de cerros y piedras. En los lugares han levantado muros de costales de tierra para evitar que los escombros caigan sobre la carretera.
Apenas en septiembre, Camiones y Puentes Federales (Capufe) anunció el incremento en el peaje de las casetas que conectan con el puerto de Acapulco: en Paso Morelos, los autos pagarán en el paso directo a Chilpancingo en 145 pesos, de los 141 anteriores.
En la caseta de Palo Blanco, los automovilistas pagarán cuatro pesos más y la tarifa quedó en 134 pesos. Mientras en la caseta de la Venta, la tarifa pasó 114 pesos, a 118 pesos.
La autopista conecta la Ciudad de México con el puerto y permitió, desde 1993, reducir considerablemente el tiempo de traslado entre la capital del país.
Fue una de las primeras carreteras financiadas con capital privado, cuya operación fue concesionada. Después de la crisis de 1995, la vía tuvo que ser “rescatada” por el gobierno federal.