Es una añeja pugna política. Porque si fuera de eficacias, entonces el actual edil tricolor suplente de Chilpancingo, Jesús Tejeda Vargas, ya hubiese renunciado. Pero Marco Antonio Leyva Mena –el edil priísta con licencia-, ya le ganó la partida no solo al Congreso local, sino al propio gobernador Héctor Astudillo Flores, en una coyuntura en la que confluyen tres crisis muy notables para éste último: política, de violencia e inseguridad y de legitimidad. El mapa completo de la primera, así lo refrenda.
FUERZA POLÍTICA MENGUADA.- Ante el revés a la actual legislatura local por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife), en el sentido de ordenar “reinstalar de inmediato en el cargo” al edil priísta con licencia, la crisis política se agudiza para el mandatario estatal. Y confluye en cuando menos tres carriles:
1.- La primera reacción será la movilización de transportistas, sindicatos del ayuntamiento y comerciantes, con el fin de evitar el regreso de un edil tricolor que, a pesar de proyectar una singular incompetencia como alcalde, desafió la decisión política del mandatario estatal. Los inconformes podrían incluso, secuestrar el palacio municipal.
El asunto es que esas movilizaciones ad hoc, irían contra el marco legal que el propio Astudillo, ha defendido reiteradamente en el discurso. Pero el eventual regreso de Leyva Mena, representa a la vez, una humillación política para la soberbia y el orgullo del gobernante. El punto es que, el edil con licencia abrió una atractiva negociación política. Y aunque ésta termine por obstruir su retorno, al final podría alejar el fantasma de las pesquisas financieras que se han emprendido en su contra.
2.- Si Leyva Mena regresa sin apelar a la negociación política, entonces la disyuntiva que se abrirá será una sola: el gobernador lo ahorca financieramente otra vez, y empeora la situación del PRI en una coyuntura en la que dicho partido no proyecta las mejores condiciones de preferencias electorales en el voto; o Leyva Mena se va por la libre, no exige dinero, paraliza toda la obra y los servicios públicos y cobra su venganza política, ahondando los escenarios de crisis para ese partido.
Y la anticipable derrota electoral de la aspirante tricolor a la alcaldía, Beatriz Vélez Núñez, quien aunado al escenario de desastre anterior, arrastra con el estigma de aprobar el gasolinazo como diputada federal, situación que hoy nos pega con fuerza en el bolsillo a todos los guerrerenses.
3.- Si el Congreso local decide por tercera ocasión, no operar el retorno del edil priísta con licencia de Chilpancingo, entonces meterá en un predicamento legal y jurídico al PRI. Por eso, las filtraciones políticas indican que esta vez, los diputados locales sí procederán con su reinstalación. Y si los comerciantes, transportistas y sindicatos impiden su entrada a palacio municipal, entonces el Trife le ordenará de manera natural al gobernador Héctor Astudillo, la aplicación de la Ley y las garantías necesarias para que Leyva Mena, despache de nuevo como alcalde.
El punto fino de todo lo anterior, es que el presidente Peña Nieto, estará este viernes en Acapulco, inaugurando la nueva terminal del aeropuerto internacional. Ahí, podría dar un mensaje político sobre las pugnas internas e irreconciliables en el PRI-Guerrero. Fustigar incluso, algunas decisiones políticas erradas. Como sea, el eventual retorno del alcalde de Chilpancingo con licencia, abrirá un boquete político-electoral para el cual el PRI, el gobernador y el presidente del país, no cuentan con una estrategia en materia de control de daños. Y por ese lado se estarían diluyendo anticipadamente, muchos triunfos electorales.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Defendiendo “la pureza” de sus candidatos, tanto el PRI como la coalición Por Guerrero al Frente, han prometido sendas denuncias contra los “difamadores”. Pero desde la percepción ciudadana, hay muchos aspirantes a cargos de elección popular que, elocuentemente, proyectan nexos con el crimen organizado. Y ninguna autoridad los quiere investigar. Hasta en eso intentan otra vez, darles atole con el dedo a los votantes guerrerenses. Para reeditar premonitoriamente, el ignominioso escenario de los 43 en Iguala.