El problema del Morena está muy expuesto: cedió candidaturas a personajes del poder público que ya estaban maleados. Y soslayó a los representantes de la verdadera sociedad civil. Empoderó a muchos de los mismos de siempre. Y quiérase o no, son frenos a los cambios. Rémoras en potencia. Emboscadas políticas seguras. Eso explica lo que acaba de ocurrir en el Congreso local: la ausencia deliberada de tres legisladores morenistas, justo cuando se necesitaba de su voto para integrar las Comisiones legislativas. De ahí se abre lo demás.
REBELIÓN E INTERÉS.- El diputado local y coordinador de los diputados tricolores, Héctor Apreza Patrón, tiene razón: si el Morena tiene mayoría en el Congreso local, ellos tienen el gobierno de la entidad. Y esta pugna de poder inequitativa se mide de muy diversas maneras:
1.- Una de las formas anticipadas de operar el desgaste político del presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, consistió en encajarlo en tres anzuelos: como soberbio, impositivo e inexperto.
Era obvio: como en el gobierno estatal no tenían algún otro punto del cual debían colgarse –es decir, no se le conocen corruptelas abiertas y escandalosas-, había que buscarle algunas con la cual identificarlo y operar su anticipado linchamiento mediático.
Porque si en el pasado reciente, los adversarios políticos declarados del mandatario estatal, fueron el ex edil perredista de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre y el ex edil tricolor de la capital, Marco Antonio Leyva Mena, esta vez su oponente es uno solo: Pablo Amílcar. La única diferencia respecto de los dos anteriores, es que este último viene cobijado políticamente, por AMLO.
2.- En el PRI y en el gobierno del estado, van a salir permanentemente de compras legislativas. Al menos de aquí hasta diciembre cuando se apruebe el Presupuesto de Egresos. Y lo que ocurrió en dos momentos precisos así lo confirma: la comparecencia del fiscal Jorge Zuriel de los Santos Barrila, que fue “salvado por la campana legislativa” de las fracciones del PRI, PRD y PAN. Dejando ciertamente, mal parados a los diputados locales morenistas. Y la integración de las Comisiones el pasado viernes donde sospechosa y extrañamente, faltaron a dicha sesión los diputados del Morena, Marco Antonio Cabada Arias, Teófila Platero Avilés y Carlos Cruz López.
3.- De Marco Antonio Cabada, sus nexos con el grupo político del ex gobernador Ángel Aguirre, son reales. Ha sido priísta y después perredista cuando el ex gobernador se mudó al PRD. No es un militante confiable para el Morena. Y en el Congreso del Estado puede tener buenos entendimientos con el también aguirrista, Jorge Salgado Parra.
Cabada llegó ayer al Congreso no explicando su ausencia, sino echándole leña a Pablo Amílcar, acusándolo de “haberlo excluido de las Comisiones”. De Teófila Platero, es conocido que fue síndica del PT en la pasada administración municipal de Evodio Velázquez, en Acapulco. Y basificó como trabajadora de ese ayuntamiento a su hija, Viridiana Pérez Platero y su cuñado, Mauricio Pérez Nova, quienes ingresaron a laborar en 2012. Tienen seis años de antigüedad.
Muchos trabajadores acumulan más de diez y no lo han logrado. Mientras que su hermano, Alfredo Platero Avilés, entró a laborar en 2015 en el área de regidurías. También fue basificado. Los tráficos de influencias como variable de la corrupción política. Su ausencia la justificó alegando que tuvo una cita médica.
Y Carlos Cruz López de plano, no ha dado explicación alguna. La percepción ciudadana es muy clara al respecto: aunque lo nieguen, esas ausencias pudieron ser compradas desde Casa Guerrero. En corrillos políticos aventuran la cifra: tres millones de pesos a cada uno. Dos para gestoría. Y uno para ellos. Esa será la dinámica política en el Congreso local. Al menos, de aquí a diciembre.
HOJEADAS DE PÁGINAS…A once días de que el gobernador Héctor Astudillo, arrancara el Programa de Bacheo en la capital para “tapar 4 mil baches”, todos los cráteres lunares de las principales avenidas siguen igual. A menos que la constructora encargada de hacerlo, comenzara por las colonias más alejadas. O le esté tomando el pelo al mandatario estatal. Y en el último de los escenarios, que el propio gobernador nada más posara para la foto como el benefactor de las calles capitalinas.