Conforme se acumulan los días, las semanas y los meses, el rector de la UAGro, Alfredo Romero Olea evidencia cuando menos tres pasivos elocuentes: asume como muñeco guiñol del ex rector Javier Saldaña Almazán; evidencia marcados déficits en la operación política; y se muestra visiblemente pusilánime ante los eventos de alto impacto universitario que requieren ser enfrentados con aplomo, carácter y decisión.
Por donde se le vea, Romero Olea es un hombre débil. Incapaz de emprender el vuelo con alas propias. Y si no, ahí están los hechos que lo acorralan y exhiben.
RECTOR TEMEROSO. – El rector de la UAGro se ha dejado llevar por las inercias propias de aquellos hombres temerosos e indecisos ante el poder que ejercen. Réplica exacta de Cómodo, el emperador descendiente de Marco Aurelio, quien, debido a su incapacidad militar, la falta de medios financieros y la impaciencia por disfrutar del poder en Roma, lo condujeron a inaugurar una etapa de marcada inestabilidad política interna.
Muy parecida a la que se aproxima demasiado rápido Alfredo Romero Olea. Se lee así:
1.- El rector se ha dedicado a dar continuidad al legado político del ex rector Javier Saldaña. Es decir, promover la ausencia de transparencia —no existe ningún portal en la página oficial de la UAGro— que reventó hace unos días con la revelación en la Plataforma Nacional de Transparencia, del ofensivo salario que cobra y que ronda los cien mil pesos mensuales.
Quizá por esa razón, la gobernadora Evelyn Salgado le retuvo algunas partidas financieras. Y ahora resulta que no pagará este viernes a todos los trabajadores universitarios, la primera quincena de enero.
El pago se haría hipotéticamente hasta el lunes próximo. Significa desde luego, una contravención a la Ley Federal del Trabajo que podría abrir paso a sendas demandas laborales. Pero también, una manera de exhibir su incapacidad, temor y limitantes políticas para gestionar en tiempo y forma esos recursos.
2.- El sólo hecho de no pagar el viernes 14, lleva implícito un fuerte aroma político. Es decir, se estaría haciendo por instrucciones precisas y deliberadas del ex rector Javier Saldaña quien opera desde las sombras, y con el fin de preparar el terreno para una eventual protesta contra el gobierno estatal.
Convocar esta vez sí, a través de los dos sindicatos traidores a los trabajadores que “representan”, a marchar por las calles. Despertar las inconformidades laborales contra el gobierno estatal morenista por retener presupuestos.
Es, además, una fórmula que le dio resultados recientes al secretario de educación, primo del ex rector y presumible “asesor” de la UAGro —asegura ya no cobrar en la nómina universitaria—, Marcial Rodríguez Saldaña, quien no pagó el aguinaldo en diciembre pasado, a más de 200 trabajadores de la SEG que recién ingresaron al FONE.
3.- El rector Alfredo Romero ha dado muestras de auténtico pavor para ejercer su responsabilidad. Rehúye a las situaciones de crisis internas. No quiere enfrentarlas en solitario. Dos hechos así lo confirman.
Primero, se negó a protestar públicamente —como era su obligación y deber—, contra la desaparición y plagio del extinto docente Salvador Catalán Barragán, el jueves 9 de diciembre pasado.
Y fue hasta el domingo 12 cuando circuló un manifiesto en redes sociales en el que demandaba su presentación con vida. Para no exponerse, obligó a los dirigentes de ambos sindicatos, a que firmaran ese documento.
¿Por qué razón convincente el patrón y el trabajador firmaron juntos y no separados? El rector literalmente, se parapetó tras ellos. Después, ayer 13 de enero circuló un oficio firmado por la tesorera general de la UAGro Leticia Jiménez Zamora, en el que informa sobre la prórroga del pago quincenal por no haberse firmado el Convenio Financiero 2022.
No es obligación de la tesorera, sino del rector, enfrentar ese vendaval. Como máxima autoridad, él debió firmarlo. Pero de nueva cuenta, se cubrió las espaldas con la funcionaria. Si no puede ni quiere enfrentar las crisis internas universitarias, lo mejor sería que renunciara. O lo peor para su gestión estaría en camino de estallar.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Y como para refrendar que la conducción en el gobierno estatal no tiene ni pies ni cabeza y que hasta hoy no hay resultados reales en materia de seguridad, Evelyn Salgado convocó esta vez a los empresarios y activistas a “elaborar una estrategia común para resolver el problema de la violencia”.
Apenas el pasado viernes 7, asumió que “el fuego no se apaga con más fuego y se debe ponderar el uso de la inteligencia antes que el de la fuerza”.
Pero el poder del fuego y el uso de la fuerza, se siguen imponiendo a la inteligencia. Lo cierto es que ninguno de esos discursos, le han funcionado a la gobernadora.