El fiscal Jorge Zuriel de los Santos Barrila, fue de excursión al Congreso local. Los diputados del Morena –a pesar de ser mayoría- no solo acusaron inexperiencia política, sino ausencia de malicia. De empuje y cabildeo. De garra y fuerza. De firmeza y carácter. De conocimiento e información. Por eso y en un santiamén, el fiscal respondió lo que quiso.
Literalmente y con los apoyos de los demás legisladores del PRI, PRD, PAN y MC, tumbó todas las expectativas que se habían creado en torno a su comparecencia. Los diputados morenistas se vieron acotados políticamente. Acorralados y limitados. Chamaqueados por tercera vez. Basta con asomarse a las evidencias.
ZURIEL: COBIJA DE PODER.- El fiscal Jorge Zuriel de los Santos Barrila, llevaba muy claro lo que debía hacer: esquivar preguntas y no contestar aquellas comprometedoras. Fue bien asesorado. Y le funcionó. Dejó muy mal parados a los inexpertos diputados locales del Morena. Y si la dinámica legislativa continúa por ese camino, es poco probable que los ajustes a la Ley y los cambios prometidos, tropiecen una y otra vez con este mismo escenario. Se lee así:
1.- El fiscal Barrila contestó lo que quiso. Se ajustó a la información que mandó con anticipación a todos los diputados locales. Y los del Morena cayeron en esa trampa. El punto sin embargo, era clave: la obligación de esos legisladores consistía en llevar información abundante sobre el asunto de la millonaria mansión en Acapulco, que el diario Reforma, ventiló y adjudicó como propiedad del Fiscal. Los partidarios de AMLO se defendieron argumentando que “no son instancia investigadora”. Y que su papel se limita “a preguntar”. ¿Qué atractivo tienen entonces las comparecencias si los funcionarios públicos no son exhibidos con pruebas en la mano? Las preguntas en todo caso, son para la prensa.
Los legisladores están obligados a actuar. No a convertirse en periodistas. De otra forma, el trabajo legislativo no saldrá de la zona de confort en donde ha hibernado recurrentemente. Y se evaluaba que esta vez cambiaría el concepto. También la operación.
2.- El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Pablo Amílcar Sandoval, argumentó que “se necesitan ajustes a la Ley para lograr comparecencias más eficaces y una verdadera rendición de cuentas”. Con todo y los ajustes a la Ley que pudieran venir en el camino, lo que resalta a simple vista en una sola situación: la comparecencia del Fiscal Barrila resultó contraproducente para los legisladores del Morena.
Es decir, pensaban anotarse un gol a su favor. Pero se los anotaron. Porque una vez que el Fiscal respondió lo que convino a sus intereses, abandonó el recinto. Entonces los diputados del Morena argumentaron que “faltó información precisa”. Y se fueron a justificar su apatía, indolencia e inmovilidad, mediante una conferencia de prensa.
3.- Con esta pequeña probada de lo que vendrá, para los diputados del Morena será más complicado evaluar el desempeño de los funcionarios de la actual administración estatal. Y de los propios alcaldes que ya se van y dejarán en muchos casos, comunas saqueadas financieramente. Porque si el Fiscal hizo lo que quiso ayer martes. ¿Quién garantiza que los demás que comparezcan eventualmente, no harán lo mismo?
El otro punto que más atrae, es que los legisladores morenistas eludieron asumir con firmeza su papel de opositores. Porque ante el desaire para contestar preguntas, el siguiente paso consistía en valorar la permanencia del Fiscal en el cargo. Y dejárselo bien claro. Pero como declinaron hacerlo, mandaron señales bastante malas. Se mostraron como en el bíblico pasaje donde Goliat, pelea y pierde contra David.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Y para complementar el show político de las fintas y los amagues, los diputados del PRI, Cervando Ayala Rodríguez y del Morena, Moisés Reyes Sandoval -primo de Pablo Amílcar-, se enfrascaron en una agria discusión que estuvo a punto de llegar a los golpes, en pleno recinto legislativo. Mostraron con ello, que el lado primitivo termina dominándolos. Confirma además, “el alto nivel” del debate legislativo. Qué tal.