En la tierra, en los mares, en el cielo, el impacto de los humanos en la naturaleza es devastador. Es lo que dice un nuevo informe de la ONU sobre el estado de la biodiversidad del planeta publicado este lunes.
La destrucción de la naturaleza se está dando a una velocidad nunca vista y nuestra necesidad de más alimentos y energía son los principales impulsores. Un millón de especies animales y vegetales están ahora en peligro de extinción, señala BBC NEW
El estudio de la ONU señala que estas tendencias se pueden detener, pero se requerirá un “cambio transformador” en cada aspecto de cómo los humanos interactúan con la naturaleza.
En sus tres años de elaboración, esta evaluación global del estado de la naturaleza se basa en 15.000 materiales de referencia, y ha sido compilada por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
El informe tiene 1.800 páginas. El breve resumen de 40 páginas, publicado este lunes, es quizás la acusación más poderosa sobre cómo los humanos han tratado a su único hogar.
Indica que si bien la Tierra siempre ha sufrido las acciones de los humanos a lo largo de la historia, en los últimos 50 años, estos rasguños se han convertido en profundas cicatrices.
Es informe de la ONU es probablemente la acusación más poderosa sobre cómo los humanos han tratado al planeta.
Los efectos de nuestra expansión
La población mundial se ha duplicado desde 1970, la economía mundial se ha cuadruplicado y el comercio internacional se ha multiplicado por 10. Para alimentar, vestir y dar energía a este mundo en expansión, los bosques se han talado a velocidad asombrosa, especialmente en áreas tropicales.
Entre 1980 y 2000, se perdieron 100 millones de hectáreas de bosque tropical, principalmente por la ganadería en América del Sur y las plantaciones de aceite de palma en el sudeste asiático.
Peor que los bosques tropicales se encuentran los humedales: en el año 2.000 solo se conservaba el 13% de los que existían en 1700.
Nuestras ciudades se han expandido rápidamente: las áreas urbanas se han duplicado desde 1992.