El Río Huacapa nace en una cueva ubicada a 2 kilómetros del poblado de Amojileca, Chilpancingo. Los lugareños la conocen como Cueva de agua, a su lado, hay otra gruta que es conocida como Cueva seca.
Metros más adelante al interior del subsuelo ambas se juntan continuando como una sola, el agua cristalina sale por una de las cuevas para escurrir cerro a bajo, hasta llegar a la ciudad donde se contamina con las descargas de aguas negras y residuales.
El agua clara cambia a chocolatosa al llegar a la ciudad y entrar al encauzamiento del río que fue convertido en un canal de aguas negras y pestilentes olores donde construyen además un parque lineal Huacapa que incluye una ciclovía de uno 1.6 kilómetros con un costo de 63 millones de pesos.
En los años 60, el Huacapa todavía era un río de aguas cristalinas, pero tiempo después se convirtió en la solución de los gobiernos para el problema de drenaje en Chilpancingo.
El expresidente municipal de Chilpancingo (periodo de 1990 a 1993) Efrén Leyva Acevedo impulsó el proyecto de embovedar el río para desfogar las aguas negras de Chilpancingo; actualmente son casi siete kilómetros encapsulados desde la colonia San Rafael Norte hasta La Cinca (de norte a sur de la ciudad).
Desde entonces la ciudad se comió el río y sobre el cauce hay al menos 35 colonias debidamente regularizadas por el ayuntamiento y sólo unas cinco en condición de irregulares. Las autoridades consintieron así la invasión del río.
Las lluvias de septiembre de 2013 invadieron el cauce original de río y se llevaron casas, puentes, carros, y lo que encontraron a su paso.
Fotografías tomadas del perfil Río Huacapa