El árbol Kiri, conocido como árbol Emperatriz, es originario de China. Debido a sus características, es de gran ayuda contra el calentamiento global, la contaminación y la desertificación del planeta. Un árbol que puede purificar suelo infértil también absorbe 10 veces más Dióxido de Carbono (CO2) que cualquier otra especie.
Puede llegar hasta los 27 metros de altura y un tronco entre 7 y 20 metros de diámetro. Tiene unas hojas de 40 cm de ancho. Resiste al fuego al regenerar sus raíces y vasos de crecimiento rápidamente y también tolera la contaminación.
No es necesario replantar ya que rebrota de cepa después del corte. Prospera en suelos y aguas contaminadas y purifica la tierra según crece, a partir de sus hojas, ricas en nitrógeno, aportan nutrientes al caer y descomponerse en el suelo, aunque en estas condiciones su crecimiento es muy lento.
Para que su crecimiento sea óptimo, se requiere suelos profundos y bien drenados, preferiblemente franco-arenosos, no soportan los suelos salinos. Tiene la capacidad de desarrollarse en suelos pobres o erosionados, siempre y cuando se le apoye con abono orgánico y con un sistema de riego.
Por sus características, el árbol puede adaptarse a una gran variedad de climas con temperaturas extremas de -20 ºC hasta 45 ºC.
Su principal característica, que lo convierte en único, es su eficiencia a la hora de realizar la fotosíntesis. Este árbol consume más CO2, principal gas de efecto invernadero, y produce más cantidad de oxigeno que la media de otros árboles.