La ventaja de la candidata al Senado por la coalición Al Frente por Guerrero (PRD-PAN-MC), Beatriz Mojica Morga, sobre sus dos adversarios a esa curul, parece insalvable. Se mide de dos contundentes formas: el candidato del Morena, Félix Salgado Macedonio, ya bailó. Y lo hizo muy mal. Es decir, como edil de Acapulco no dio los resultados esperados como gobernante emanado de la izquierda. Operó en sentido opuesto a esos principios: cuando salió de la alcaldía porteña, compró la franquicia del periódico La Jornada-Guerrero, mediante un acuerdo con la directora general de ese medio, Carmen Lira Saade. Desde entonces hizo periodismo militante. Continúa en esa línea. ¿Le alcanzó su salario como alcalde para adquirir una franquicia mediática de esa naturaleza?
Del priísta Manuel Añorve, ya se conoce la historia: hizo un pésimo desempeño como edil porteño. El Acapulco de 10, que prometió cuando hizo campaña electoral, terminó en menos de cinco. La lógica es entonces muy simple: si la mayoría de los votantes guerrerenses aspiran a un cambio profundo con López Obrador, en Guerrero se aseguraría no con el candidato del Morena y del PRI, que ya están bastante chamuscados, sino justamente, con la única mujer que está en la competencia por el Senado y que nunca ha desempeñado un cargo de elección popular. Hay que pulsar otras pistas para agrandar esa certeza.
VENTAJAS ELOCUENTES.- Al parejo de la elección presidencial que ya está en puerta, el votante está obligado a emitir un sufragio razonado e inteligente. Y este se mide en cuando menos tres vertientes:
1.- Los resultados que como autoridad electa, han dado los distintos aspirantes. Si el PRI envició sus procesos de selección de candidatos enviando a muchos de los mismos de siempre o que han estado en el ojo del escándalo público –como Ricardo Taja en Acapulco, y Beatriz Vélez, en Chilpancingo-, el Morena de López Obrador, también lo hizo. Reprodujo el mismo esquema de enviar a la competencia electoral a muchos actores que ya evidenciaron su fracaso como autoridad. Y por el simple hecho de cambiarse de camiseta partidista, no significa que vayan a cambiar de conducta, intereses ni voracidad.
2.- La cantaleta de las propuestas. El votante exige propuestas y con base a ello, decide el sentido de su voto. Pero nunca demanda que se cumplan cuando el candidato al fin, se inviste como autoridad. Y como ya tiene poder, ignora su cumplimiento. Tanto Félix Salgado del Morena, como Manuel Añorve, del PRI, las hicieron en su momento. Y no sirvieron. Ni las cumplieron. ¿Cómo creer que ahora sí las convertirán en realidad? ¿No es acaso, una forma de volver a chamaquear a los electores guerrerenses? ¿De burlarse deliberadamente de ellos?
3.- La cantidad de dinero derramado en las campañas electorales. Si el aspirante al Senado es muy movido e incisivo en presentarse en programas de radio, televisión, redes sociales y proyectar un excesivo gasto en promocionar su imagen en espectaculares, trípticos y gallardetes, es una señal inequívoca de que trae la maleta llena. No solo para mandar señales de poder, sino para disminuir e inhibir la presencia de sus opositores.
Al fin y al cabo, las autoridades electorales, con una buena prerrogativa presupuestal de por medio, se hacen las disimuladas cuando de fiscalizar los gastos de campaña se trata. En estos tres puntos, Beatriz Mojica, saca una ventaja más que elocuente sobre sus dos adversarios al Senado. Porque una cosa será votar con pasión. Y otra, con inteligencia, argumento, evidencias y razón.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Mucho prurito político causó el alcalde priísta suplente de Chilpancingo, Jesús Tejeda Vargas, al negarse a ceder una y otra vez, la Plaza Cívica para el evento de AMLO, que al fin, se autorizó para el próximo jueves. Al debate le entró el alcalde con licencia, Marco Antonio Leyva Mena, quien conminó a Tejeda en su cuenta de Facebook, a mostrar una conducta tolerante y democrática. Y se ganó con ello, la adhesión inmediata de los partidarios de AMLO. Qué tal.