Una familia de jornaleros indígenas, originarios de la comunidad de Juanacatlán, municipio de Metlatónoc, Guerrero, murió el día de ayer en un accidente automovilístico en el tramo carretero Atotonilco-La Barca, en el estado de Jalisco; regresaban del corte de tomate en Zacatecas.
Debido a la falta de oportunidades de empleo en el estado de Guerrero, particularmente para zonas indígenas de la entidad, entidades del norte del país y otras regiones, contratan obra de mano guerrerense para llevar a cabo el corte de diversos productos.
Fue el caso de Raúl Díaz y su esposa, Antonia, quienes junto a sus cuatro hijos, hace dos meses se trasladaron a Río Florido de Fresnillo, en Zacatecas, para llevar a cabo el corte de tomate. La familia, tras las labores de campo, se dirigían hacia Yurécuaro, en Michoacán, donde se incorporarían al trabajo de corte de chile jalapeño.
Sin embargo, las fuertes lluvias que se registraron en Jalisco, bloquearon la visibilidad de Raúl y en el tramo carretero Atotonilco-La Barca, perdió el control del automóvil en el que viajaba y volcó; el saldo fue de seis muertos.
De acuerdo con el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, servicios de emergencia llegaron luego de una hora para llevar a cabo las maniobras de rescate de los cuerpos.
En el accidente, la familia de jornaleros indígenas guerrerenses, perdieron sus papeles y “les timaron” el dinero que habían reunido tras los dos meses de labores en los campos de tomate de Zacatecas.
La Organización No Gubernamental, lamentó que la ausencia de autoridades haya provocado que una empresa funeraria “abusando del dolor” se hizo cargo de todos los trámites y traslado de los cuerpos, pero por una cantidad de 120 mil pesos “que es imposible cubrirlos”.
Los paisanos guerrerenses que esperaban a la familia en Yurécuaro, Michoacán, pidieron apoyo de la población de Juanacatlán, para gestionar apoyos desde el Estado de Guerrero y a través de la Comisión Estatal Indígena de Jalisco, se estableció comunicación con la Secretaría de Finanzas de Guerrero, que se comprometió a pagar los gastos de los jornaleros fallecidos en otra funeraria; el costo será de 55 mil 200 pesos y serán trasladados hasta la localidad de Juanacatlán, Metlatónoc.
“De nueva cuenta la población indígena jornalera se topa con la muerte ante la imposibilidad de conseguir un trabajo remunerado en su comunidad o en el mismo estado”.
“Las trágicas muertes de Raúl y Antonia, junto con sus cuatro hijos, parece ser el destino funesto de muchas familias pobres de la Montaña de Guerrero”, expresa Tlachinollan.