Sacerdotes del Decanato de Chilpancingo, enviaron a la secretaria de Gobernación federal, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, un documento en el que le solicitan aplicar estrategias de seguridad y preventivas en Chilpancingo, después de los asedinatos del alcalde perredista Alejandro Arcos Catalán, el secretario general del Ayuntamiento; Francisco Tapia Gutiérrez y de Ulises Hernández Martínez, exdirector de la Unidad de Fuerzas Especiales (UFE).
De acuerdo con el documento, estos asesinatos ponen de manifiesto que “el Estado de derecho ha sido rebasado”.
“Sabemos que construir la paz requiere de la voluntad y los esfuerzos concretos de los distintos grupos que coexisten en el territorio de Chilpancingo, mismos que se lograron a través del diálogo y el entendimiento, quitar la vida de las personas servidoras públicas y la ciudadanía, no resuelve las diferencias que existan entre ellos”, se lee en el documento.
Reconocieron la estrategia de seguridad federal planteada para Guerrero y pidieron que tenga un enfoque de respeto a los derechos humanos, perspectiva de género e interculturalidad.
Llamaron a que haya reparación del daño a las víctimas de la violencia y familiares. Así como garantía de no repetición de los hechos.
Otro punto que plantearon, fue establecer mesas de diálogo con divrsos actores sociales para proponer estrategias que ayuden a la reconstrucción del tejido social.
Establecer mesas de diálogo con los tres niveles de gobierno, iglesias y sociedad civil.
“Reiteramos que la construcción de la paz depende de la voluntad de todos los miembros de la sociedad civil. Cada uno debe aportar su granito de arena para consolidar y restaurar el tejido social. Nuestras oraciones para que pronto se restaure la paz en Chilpancingo”.
El documento está firmado por los 27 sacerdotes del Decanato de Chilpancingo.