+Autoridades no buscan a sus desaparecidos, reprochan familiares
+Acapulco no brillará en diciembre, dijo el padre Mario Palma y contradice cifra oficial de muertos; “hubo calles y colonias peinadas con casas y con gente”.
La tarde noche de este miércoles, se llevó a cabo una misa en honor a las víctimas y desaparecidos del huracán Otis en el club La Marina Acapulco.
Al acto asistieron familiares de trabajadores de embarcaciones que desaparecieron la noche que el huracán golpeó al puerto turístico, quienes reprocharon la falta de acciones de búsqueda de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Es el caso de Alejandra Morales. Su esposo, Marcos Antonio Franco Cipriano, junto con el capitán y otro marinero, cuidaban el yate “Turbullón”, que estaba anclado en la Base Naval la noche del 24 de octubre.
Al día siguiente, fue a la Base Naval a buscar información de él porque se enteró lo que había ocurrido con las embarcaciones. Ahí comenzó su pesadilla: sólo recibió unas listas dobladas donde estaban los nombres de las personas rescatadas. El de Marcos no estaba ahí.
Lo mismo hizo en el hospital general de El Quemado donde trasladaron a varios sobrevivientes.
Alejandra afirmó que las búsquedas corren por cuenta de familiares y amigos de Marcos, incluso, esa búsqueda se ha extendido hasta el municipio de Marquelia.
Entre lágrimas, dice que tiene un esperanzas de encontrar a su esposo, “si ya no es con vida aunque sea su cuerpo para enterrarlo”.
“Mi hija sabe que su papá está de viaje. Que se fue con los demás barcos, porque desde mi casa se ve el mar. Y ella lo busca, busca a su papá y yo le digo que no se ve ningún barco porque salieron de viaje”.
En La Marina se ven yates destartalados a la orilla de la playa. Ahí también están desechos parte del muelle flotante entre e vaivén de las olas.
Son más los muertos
A la misa llegaron marineros y trabajadores de embarcaciones. Algunos rompieron en llanto al abrazarse entre ellos, mientras se cuentaban cómo sobrevivieron a la furia de Otis.
Fue el Padre Mario Palma, de Bajos del Ejido, quien se encargó de oficiar la ceremonia religiosa.
Durante su mensaje, puso en duda la cifra oficial de muertos por el huracán, que a decir de las autoridades no rebasa los 50.
“No son una cantidad reducida por ahí, que se pueda decir en los medios de comunicación. Son más: calles y colonias peinadas con casas y con gente”.
A esto se agrega un testimonio que escuchó sobre que, entre la 1 y 2 de la madrugada del 24 de octubre, se escucharon gritos de ayuda de gente arrastrada por el río de La Sabana.
Mario Palma cuestionó la respuesta de las autoridades ante las necesidades de la gente afectada, al tiempo que urgió la presencia de las autoridades, de los senadores, de los diputados locales y los regidores; “la sociedad civil es la que ha sacado a la sociedad civil”, dijo.
Luego, citó un pasaje bíblico que habla de la traición:
“Y esa situación en Acapulco cala porque no es de aquí a diciembre que va a brillar, no es de aquí a diciembre cuando se nos va a pasar la pérdida, quienes lo estamos viviendo lo estamos entendiendo”.
Al final del sermón, llamó a la solidaridad y hermandad entre acapulqueños: “cuidémonos unos a otros, no hay que cuidarnos unos de otros, porque no estamos para eso ahora”.