+En días pasados el obispo emérito de Guerrero se reunió con capos del narcotráfico y acordaron pactar paz para la Semana Santa, particularmente por Taxco
El obispo emérito de Guerrero, Salvador Rangel Mendoza calificó como “chivos expiatorios” a los funcionarios del Gobierno del Estado que anunciaron su renuncia el pasado jueves, tras las actuaciones oficiales por el homicidio del normalista Yanqui Kothan, el pasado 7 de enero.
Entrevistado en la parroquia de San José, tras encabezar misas de confirmaciones, el ex Obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, manifestó que sí hubo un abuso de autoridad por parte de los policías que dispararon en contra de los normalistas, pero también consideró que hubo imprudencia de los estudiantes al acudir a Chilpancingo en un automóvil robado.
Denunció que en el Estado de Guerrero se ha pasado mucho tiempo en la ingobernabilidad y afirmó que todavía hay más responsabilidad en algunos otros entes del gobierno que en los funcionarios que en días pasados presentaron sus renuncias.
Respecto a la tregua que grupos del crimen organizado pactaron para pacificar algunas zonas en Guerrero, manifestó que se trata de una buena acción, pues ahora municipios como Chilpancingo, Iguala Chilapa, cuentan únicamente con un grupo que predomina por lo que se conoce quiénes son y lo que pudiera ocurrir derivado de su presencia.
Reveló que él mismo se reunió en días pasados con capos del narcotráfico y “prometieron que Taxco estaba en paz y tranquilo” para el desarrollo de las actividades religiosas por la Semana Santa.
“Yo les puedo decir que ahorita hay un ambiente grande, ojalá que disfrutemos la Semana Santa (…) pero no creo que sea tranquila para los que nos gobiernan”.