El obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, reveló que, de acuerdo con información con la que cuenta de primera mano por su estadía en el estado de Guerrero, “varios presidentes municipales tienen que dar una cuota al crimen organizado para que los dejen en paz”.
En entrevista para Ahora Guerrero, el exobispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, coincidió con las declaraciones del actual obispo, José de Jesús González, respecto a que el estado se encuentra “secuestrado por los narcotraficantes”.
“Eso yo lo puedo afirmar también muy abiertamente, no es nada más en ciertos municipios como Zumpango, Huitzuco, Iguala, la mayoría de lugares en Guerrero están secuestrados por las guardias comunitarias y a mí lo que se me hace más grave, es que yo lo he dicho muchísimo: el gobierno sabe quiénes son, yo conozco a los mismos capos, saben de dónde son y dónde están ¿Entonces por qué no actúan contra ellos?”.
“Yo también sé, porque me lo han platicado, varios presidentes municipales tienen que dar una cuota al crimen organizado para que los dejen en paz, para que los dejen trabajar, entonces ¿Quién va a arreglar ese asunto en el Estado de Guerrero”, cuestionó el prelado católico.
Manifestó que en donde no es el narco el que controla las zonas, mayormente son las policías comunitarias que se encuentran coptadas por los grupos de narcotráfico. Recordó que él mismo, casi al final de su obispado en Guerrero, fue amenazado por gente de la Sierra, luego de que declaró que las guardias comunitarias son brazos armados de la delincuencia organizada.
“Se enojaron conmigo, hasta dijeron que me iban a tomar prisionero y me iban a reeducar, y no me dejaban subir por eso, porque yo dije que muchas guardias estaban implicadas en el crimen organizado”, recordó.
En este contexto, Rangel Mendoza se manifestó a favor del retiro de las guardias comunitarias armadas en el corredor del Valle del Ocotito y Tierra Colorada, tras el operativo del sábado pasado, y sentenció que “si estos señores cometen errores, estoy muy de acuerdo en que se les aplique la ley”.
“Si estos señores, Policías Comunitarios, se salen de la ley, hacen fechorías, se les tiene que aplicar la ley así como ahorita”, consideró y dio a conocer que él mismo reconoce la presencia de homicidios, cobros de piso y otros delitos en zonas de control de guardias comunitarias.
Finalmente aclaró que la idea original de una Policía Comunitaria, para cuidar a zonas mayormente indígenas en donde existía ausencia de autoridades, era totalmente buena, sin embargo “poco a poco esa Guardia fue coptada por el crimen organizado y fue lo que siempre denuncié. En lugar de ayudar a la población estaban al Servicio del crimen organizado y juntos empezaron a hacer fechorías”.