Con una misa de la iglesia católica realizada esta tarde de lunes afuera de la catedral de Santiago Apóstol, del centro de Tlacotepec, fieles católicos y párrocos de la diócesis Chilpancingo- Chilapa llamaron a los grupos delictivos y a las autoridades estatales y federales a que prevalezca la paz y, la justicia para las víctimas que ha dejado la violencia en la Sierra de Guerrero.
A esta misa denominada Queremos Paz, a la que acudieron más de 500 personas, en su mayoría vestidas de blanco y con globos del mismo color, el padre de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Benito Cuenta Mayo destacó en su homilía la necesidad urgente de promover la paz, en medio de un contexto de violencia.
El líder católico, señaló que en la Sierra de Guerrero: “ya no se quiere mostrar a Dios, rostros de hermanos que sufren, que viven en la desesperanza y el desconsuelo”.
El sacerdote justificó que ante la violencia que se vive en esta zona, la Iglesia católica no pudo mantenerse indiferente y tuvo que buscar la paz con la participación de todos los sectores.
Asimismo, instó a la comunidad a trabajar en la reconstrucción del tejido social, para evitar la pérdida de más vidas humanas y no enlutar a más familias.
Sin mencionar directamente a grupos delictivos, el párroco Benito Cuenta Mayo dijo en la misa que se debe de orar por las partes involucradas en el proceso de paz, y pidió para que los medios de comunicación sigan siendo portadores de voz a las comunidades afectadas por la violencia.
Esta misa en Tlacotepec se realizó cinco días después de que el padre Filiberto Velázquez, quien también estuvo presente, anunciara que los grupos delictivos Los Tlacos y La Familia Michoacana en la Sierra y, Los Ardillos y los Tlacos en la zona centro acordaron una tregua para evitar más ataques.
Entre los presentes se encontraban comerciantes locales, familias, maestros y algunos miembros armados de la Policía Comunitaria de Heliodoro Castillo.
Un líder local, identificado como empresario, expresó su agradecimiento a la Iglesia católica y ofreció disculpas a las familias afectadas, reconociendo cualquier ofensa que pudiera haber ocurrido durante el proceso de paz.
Después de la misa, el párroco Filiberto Velazquez Florencio, del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello, consideró que la tregua de paz, que presuntamente acordaron tres grupos delictivos en Guerrero, Los Tlacos, La Familia Michoacana y Los Ardillos, “no es la paz verdadera, no es la paz deseada pero es la paz posible” y aseguró que la tregua y la paz que han realizado esos grupos de la delincuencia, dependerá también del Estado, en el sentido de que vea a la iglesia católica como parte de la solución y no criminalizar a los padres o, obispos “criminalizándolos como parte de esos grupos (delictivos).
En entrevista al concluir la misa de paz en Tlacotepec que se ofició como muestra y señal por la tregua del narco en Guerrero, Filiberto Velázquez aseguró que, si ya existe esa paz, no se debe olvidar el dolor, ni los rostros de las personas víctimas que fueron o siguen sufrieron por que han perdido familiares.
El líder católico aseguró que, con esa paz, no es la paz deseada sino debe ser continuar en el sentido que no solo dependa de dos voluntades o lideres (el narcotráfico) sino que se pida que nadie ponga las armas como método de llegar acuerdo, sino que accedan al dialogo.
Del tiempo que pueda durar la tregua, dijo que dependerá de los dos grupos delictivitos, reconociendo que, sí hay voluntad, pero apuntó que también dependerá del Estado.
Llamó a los gobiernos de los tres niveles que, en lugar de criminalizar, deberían abonar a la paz y a la tranquilidad, sin la necesidad de dialogar con los grupos, sino más bien que abonen a la paz permanente como, por ejemplo: atienda a las víctimas, que atiendan y apoyen a las policías municipales, que promueva campañas de no adiciones en los jóvenes, y que simplemente el Estado atienda las demás que la ley los obliga.