José Luis, originario de Tixtla, inició a sembrar flores de terciopelo hace seis años. De su familia, su padre y sus tíos se dedican a la siembra de flores desde hace algunos años.
Inicia sus día a las 7 de la mañana en sus sembaríos de flores hasta a las 3 de la tarde. Lo acompañan su madre y su padre, quienes siembran epazote.
La siembra empieza el 25 de julio, para que entre el 29 y 30 de octubre las flores estén listas para cortarse y venderse.
Después del paso del huracán John, en ese municipio, José Luis mencionó que afortunadamente no tuvo pérdidas en sus parcelas de flores, como sí lo tuvieron otras personas en el Barrio del Santuario.
José Luis tiene sus flores en un campo de cultivo de flor de terciopelo, en la entrada de Tixtla. Las flores las vende directamente en su sembradío y en el mercado de la ciudad.
José Luis contó que hace un año hubo buenas ventas y este año por las pérdidas que hubo en algunas partes de Tixtla, considera que puede aumentar la venta de flores.
El manojo de terciopelo cuesta de 120 a 150 pesos.
La temporada de Día de Muertos es una de las mejores para la venta de flores. Venden desde el 29 de octubre al 2 de noviembre, son los días con más ventas.
“La flor tarda como unos ocho días (después de cortadas), hay que ponerla en agua e irle cambiando el agua diario”, dijo José Luis.
Reconoció que sus flores siempre se terminan y en ocasiones las personas les piden más.
Como la mayoría de los comerciantes, se efrenta al regateo y adapta sus precios para no bajarlos de más, José Luis considera que se debe valorar más el trabajo de quienes se dedican a la venta de flores por el trabajo que implica.
Hay lugares donde el precio de las flores aumenta hasta más del 50 por ciento.
“Cuando llevan las flores a Iguala o Taxco, nos han comentado que un manojo que damos aquí a 180, por allá lo dan en 300 hasta 400 un manojo”.
José Luis invitó a las personas a consumir flores con los sembradores de Tixtla.
“Que no se pierdan las tradiciones, que aparte de consumir que apoyen al campo”.