La gobernadora Evelyn Salgado Pineda rompió el molde.
Está claro, no sigue el paradigma tradicional. Honra el principio de la “Cuarta Transformación”.
No sólo es la primera mujer gobernadora, es la osada que no le importa ser cuestionada por no apegarse al “guión” del viejo régimen para gobernar. Con ella al frente del Poder Ejecutivo la forma ya no es fondo.
¿Por qué?
Porque siendo mujer y sin la protección de escoltas fue al centro del conflicto. Minutos después de las 10:30 de la mañana de este martes arribó al edificio “Juan N. Álvarez”, en el centro de Chilpancingo, que había sido tomado por integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETTEG) desde las 08:00 horas de este mismo día.
Antes, el lunes 14, el mismo bloque inconforme colapsó la circulación vehicular en el bulevar “Vicente Guerrero”, al cerrar los carriles centrales durante más de nueve horas. Lógicamente, causó irritación, molestia e impotencia.
Por segundo día consecutivo los cetegistas pretendían hacer de las suyas al cerrar las oficinas de recaudación de la Secretaría de Finanzas y Administración del Gobierno Estatal, sin embargo, la gobernadora Evelyn Salgado los desarmó.
Acompañada por el secretario de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez; el de Educación, Marcial Rodríguez Saldaña; el jefe de la Oficina, Jesús Urióstegui García; y el director general de Comunicación Social, René Posselt Aguirre, arribó al lugar del conflicto. Los profesores no daban crédito a lo que veían. Los tomó por sorpresa.
“Aquí estoy y vengo a dialogar con ustedes”, les dijo y de inmediato pidió una comisión negociadora. No se amilanó ante las rechiflas ni empujones misóginos. Soportó con templanza y avanzó airosa y segura de su investidura.
Después de 4 horas de reunión desactivó los bloqueos y movilizaciones irracionales de la CETEG y se comprometió a instalar una mesa permanente de trabajo para darle solución gradual a cada una de las demandas del magisterio disidente, con base a la disponibilidad de recursos.
En redes sociales se expresaron las feministas argumentando que la gobernadora fue expuesta y acorralada por la turba cetegista y que no tiene asesores. Por el contrario, Evelyn Salgado Pineda hizo lo que ningún otro gobernador: con humildad fue al lugar del conflicto y en 4 horas lo desactivó.
Demostró otra vez que el método de gobernanza ya cambió. Aquí, la forma ya no es fondo.