De forma repentina, una pequeña de cinco años llamada Kailyn, perdió la capacidad de caminar y hablar al recibir la picadura de una garrapata en la cabeza. Los hechos ocurrieron en Mississippi, Estados Unidos, en donde Jessica Griffin, madre de la menor, se desesperó del miedo.
Inicialmente Griffin creyó que su hija sólo pasaba por un típico caso de piernas dormidas, hasta que por una exploración descubrió que su hija tenía incrustada una garrapata en el cuero cabelludo, en donde además había sangre e hinchazón.
De forma inmediata, la mujer retiró el insecto de la cabeza de la niña y lo puso en una bolsa de plástico, posteriormente acudieron al hospital en donde recibió un diagnóstico poco común llamado “parálisis por garrapatas”.
Este tipo de padecimiento se produce por garrapatas hembra a punto de poner huevos y según los expertos, se presenta más durante abril y septiembre, momento en que estos insectos son más activos.
De acuerdo con información de la Fundación Estadounidense de la Enfermedad de Lyme, después de que una garrapata se alimenta de la sangre de un animal o un humano, la zona se hincha y el insecto libera una neurotoxina que puede provocar eventos como este.
Artículo anterior