El emblemático restaurante La Finca, cerró sus puertas el martes de esta semana luego de 30 años ininterrumpidos de operaciones.
Ubicado en la calle Nicolás Bravo del centro de Chilpancingo, el establecimiento con un diseño rústico de teja y adobe, era punto de encuentro de estudiantes, familias y personalidades de la academia y la política de la capital.
En ese lugar se dieron cita gobernadores, presidentes municipales y secretarios de Estado, donde degustaban platillos de la comida tradicional mexicana.
De acuerdo a la versión de los familiares, la decisión de cerrar el restaurante se debió a problemas administrativos y especialmente a la mermada salud por la que atraviesa la propietaria, la Señora Elvira Calvo.
La Finca es uno de los negocios que conservan en su fachada e interior el Chilpancingo antiguo.