Obispo celebra uso de fuerza contra Ayotzinapa pero defiende a grupo delictivo, critica el activista
Alejandro Ortiz
Las declaraciones recurrentes del aún obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, en apoyo de un grupo criminal que opera en la región Centro del estado, causan extrañeza pues por un lado celebra el uso de la fuerza contra Ayotzinapa, y por otro, “defiende a un grupo delictivo”, por operativos que realizan fuerzas de seguridad.
El abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, Vidulfo Rosales Sierra cuestionó el actuar del recién nombrado Administrador Apostólico, pues el día de ayer se pronunció en contra de los operativos oficiales en Quechultenango, zona identificada como bastión del grupo delictivo de Los Ardillos.
“Celebró el desalojo violento en la caseta de Palo Blanco. Sin mayor análisis avaló un acto represivo, lejos de llamar al diálogo que va más con su vocación de clérigo. Extrañamente cuando el ejército entra a Quechultenango el bastión de un grupo delictivo violento, autor de cientos de asesinatos y desapariciones, el obispo fustiga tal proceder”.
“Porqué contra Ayotzinapa un movimiento que tiene demandas justas y legítimas celebra el uso de la fuerza y en contraparte defiende a un grupo delictivo que ha dejado una estela de sangre, muerte y dolor en familias completas de municipios como Chilapa y Tixtla”.
El también abogado de los padres de familia de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, recordó que también recientemente se pronunció contra “compañeras que luchan por la libertad de las mujeres para interrumpir legalmente el embarazo”.